Ibiliz Ibili | Jesús Mª Alquézar

Santiago mendi, alrededor de la sidra

Nos encontramos en el periodo alto del «Txotx» de la sidra-sagardoa (término onomatopéyico que se refiere al espiche de las barricas, de las que mana el jugo que golpea con alegría el vaso al salir de un pequeño orificio en la kupela). Se degusta la sidra comiendo un tradicional menú gastronómico. Un método popular y tradicional de degustar el caldo de la manzana que se ha convertido en un fenómeno social.

Astigarraga es la localidad más conocida en la producción del preciado jugo, un caldo que una vez pasado mayo se bebe de las botellas. En Astigarraga se concentran numerosos establecimientos (sidrerías-sagardotegiak) alrededor del monte Santiago / Santiago mendi / Santiyomendi, una bien conservada colina verde sembrada de caseríos, un mundo rural que formaba parte, cuando dependía de San Sebastián, de la apreciada corona verde de Donostia, cada vez menos verde. Por esa razón es el momento de completar una ruta para conocer este monte y disfrutar de numerosos encantos que ofrece la laberíntica y humanizada red de ramales que permite excursionear en este relevante aunque humanizado escenario. (apropiado también para BTT).

El nombre del monte proviene de la ermita (siglo XIII) que corona la cima, vinculada con el apóstol y relacionada con el tramo que se desgajaba del camino costero de Santiago que por aquí pasaba. La teoría se confirma por los restos arqueológicos y toponímicos encontrados en el monte. En la capilla se conservaba una talla de alabastro del santo del siglo XIII, que está en el Museo Diocesano de San Sebastián. También se han hallado importantes yacimientos fosilíferos.

Con estos alicientes y otros, el excursionista se situará en Astigarraga Erdia, para iniciar el paseo desde la plaza del Ayuntamiento (frontón). Por uno de los extremos se sale al inicio de la fuerte subida (carretera) «Santio Zeharra» hacia la cumbre. Tras los últimos compases urbanos (Polideportivo, Ikastola y sagardotegiak), por el ramal siguiendo las señaléticas de «Santiagoko sagardoak bidea», el aficionado llega a media subida a «Plaza etxe» de Santiago, en el núcleo de caseríos (alguno blasonado) que dieron origen a Astigarraga. Tanto por «Santio Zeharra» o por «Beitza bide», prosigue la ascensión que alcanza los primeros paneles temáticos, con amplias explicaciones sobre los manzanales, caseríos, la sidra y el señorío de Murguía, primeros propietarios de la zona. En el siglo XIX de la unión de las dos administraciones (Murgia y Astigarraga) surgió el actual Consistorio. El caminante está ya en zona rural, cruza el caserío Alorre (antaño hospital u hospedería) y acomete el tramo final, en el último esfuerzo, surcando campas verdes, ahora sobre pista cementada, donde pastan rebaños de ganado lanar y caballar, hasta su amplia cumbre que ofrece un increíble panorama. Casi toda Gipúzkoa ante nuestros ojos. ¡Impresionante! de verdad, que citarlo sería largo. La ermita tiene un espacio Aterpetxe-Albergue (Aterpe Natur Eskola). En el equipamiento, más paneles temáticos, dos tablas de orientación que ayudan a reconocer cimas y collados, localidades y caseríos, como el cercano e histórico Ermaña, con espacio de ocio para familias y juegos para niños.

Tras el merecido descanso, la excursión continúa por la salida S (referencia señal Donostiako itzulia), hacia la dcha y se pisa la única zona que conserva el camino natural (Gurdibide), por donde llega el de Santiago. Una fuente del Añarbe es la referencia de la circunvalación al monte, continuación del recorrido, en plácido sector de disfrute, de campiña inolvidable. El excursionista llegará al camino de subida y continuará por él hasta el núcleo Santiago, donde variará el descenso, siguiendo por Ioltza bidea (indicadores a Arraspine, Artola, Kaxkarre). En la fachada de Arraspine, casa rural, se pueden apreciar restos marinos fosilizados. Y tras nueva estación temática, con kupelas, el descenso es rápido hasta el polígono industrial de Ergobia, cerca ya de Astigarraga y final del circuito. Para completar este fantástico paseo, muy oportuno para familias con niños, queda al montañero la obligada visita al «Sagardo etxe, museo de la sidra», y ¿por qué no?, almorzar en alguna sidrería, para celebrar esta original sugerencia.