Koldo LANDALUZE DONOSTIA
Raimundo Fitero

La presión sobre VKontakte provoca la dimisión de su creador

La enorme presión que está ejerciendo el gobierno ruso sobre la mayor red social de Rusia, VKontakte, ha propiciado que su creador y director ejecutivo, Pavel Durov, se haya visto en la obligación de presentar su dimisión. Durov es también creador de Telegram.

La Ley de Internet aprobada por el Gobierno ruso incluía entre sus objetivos la creación de un registro de sitios web para obligar a los proveedores de servicios de Red a bloquearlos si esos contenidos atentaban contra cualquier ley rusa. Los opositores a esta norma han denunciado que, sirviéndose de ella, Putin cuenta con carta blanca para bloquear o cerrar webs que pueden resultarle molestas.

El conflicto que se vive a escala virtual en la red social más visitada de Rusia -Vkontakte-, donde las diversas corrientes políticas han creado auténticos cotos de caza a la hora de denunciar o alabar los últimos movimientos militares perpetrados por Rusia, ha propiciado que, por un lado, haya sido anunciada la creación de una red social ucraniana y que el director ejecutivo de Vkontakte, Pavel Durov, se haya visto en la obligación de abandonar la compañía que él mismo creó.

El detonante de esta situación tuvo lugar hace tres años, cuando el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa presionó a VKontakte para desactivar cuentas de usuarios que utilizaban sus páginas para promover marchas de protesta. Durov resaltó la neutralidad de la red social al argumentar que era «una empresa apolítica que no protegía los intereses particulares de ningún partido político ni de las autoridades y grupos de oposición».

Desde ese instante la presión sobre VKontakte fue constante y los socios fundadores, incluido el propio Durov, se vieron en la obligación de vender buena parte de sus acciones a grupos empresariales afines a Putin.

Finalmente, y a través de un correo, el hasta ahora CEO de VKontakte se ha despedido en estos términos: «Como resultado de los eventos resultantes al cambio en los poseedores de las acciones de Vkontakte en abril de 2013, la libertad como CEO para manejar a la compañía se ha visto reducida significativamente. Se ha vuelto sustancialmente difícil defender esos principios que se depositaron en la fundación de nuestra red social. Siguiendo a mi hermano, quien a mediados del año pasado dejó el puesto de director técnico, renuncio como director general de VKontakte. Seguiré participando en Vkontakte pero las posiciones formales bajo las nuevas condiciones no me interesan».