REAL SOCIEDAD 0

REAL MADRID 4

El Real Madrid no necesitó de Cristiano Ronaldo para obtener una cómoda victoria en Anoeta en un partido en el que resultó clave el gol de Illarramendi al borde del descanso en la primera oportunidad que concedió el mismo planteamiento que dio la victoria ante el Barcelona.

Arrasate quiso repetir la misma alineación con la importante diferencia de que tuvo que jugar con dos laterales distintos porque a la baja por lesión de Zaldua, que está muy por encima ahora de Carlos Martínez, se sumó la de José Ángel sin la opción de De la Bella, también tocado, para sustituirlo.

Con estas variaciones no deseadas el resto del planteamiento fue el mismo, con Elustondo y Zurutuza encargados de controlar a Modric e Illarramendi y con buenas ayudas a los laterales. Ancelotti ayudó al planteamiento de Arrasate al colocar a tres medios centros en ausencia de Cristiano Ronaldo. La Real cedió la iniciativa con el objetivo de buscar el contragolpe como hizo ante el Barcelona y supo defender bien sin conceder ninguna ocasión de peligro y sin más opciones al Madrid que una falta de Bale que estrelló contra la barrera y una acción mal anulada por fuera de juego.

Solo faltó que Vela y Griezmann tuvieran más acierto en las pocas opciones que tuvo la Real. En la primera el mexicano remató a bocajarro y su remate lo despejó Diego López en una acción mal anulada por fuera de juego, en la segunda el de Mâcon cabeceó fuera por poco un centro de Vela y en la tercera el remate de Canales en un balón suelto golpeó en el pecho de Illarramendi, llamado a ser el protagonista de la noche.

Illarramendi, decisivo

El mutrikuarra disputaba su primer partido en Anoeta como jugador del Real Madrid y su afición le pitó y hubo cánticos en su contra, pero nunca se fue del partido y resultó especialmente doloroso que después de que su afición no pudiera disfrutar de ningún gol suyo en las temporadas en las que jugó en la Real tuvo que sufrir con el segundo que marca en Primera, que no celebró, y que resultó decisivo.

Fue una acción que comenzó con una pérdida de balón de Gorka Elustondo, pero el problema se dio especialmente en la otra banda, donde Carlos Martínez cometió su error sistemático de recular en lugar de apretar a Benzema. Ante jugadores de poca calidad se puede hacer eso, pero al francés no se le pueden dar dos metros. En la segunda opción que sucedió lo mismo envió un balón al larguero.

Recular solo vale si permite llegar a una ayuda, pero la de Markel no llegó a tiempo y el remate de Benzema fue mal despejado por Bravo, que debía alejar el balón hacia un lateral y lo dejó en el centro del área, donde Illarra remató en una posición que nunca pisó como realista.

Fue la jugada clave del partido porque llegó en un momento psicológico, al borde del descanso, y porque no reflejaba para nada lo que fue un primer tiempo en el que la Real tuvo controlado al Real Madrid y mejores opciones de gol. Pero ante un rival de tanta calidad si no aprovecha las tres que crea, si no materializa los balones que quedaron sueltos en las jugadas de estrategia, al equipo blanco le bastó con una opción para adelantarse. Y el equipo de la Real de ayer no estaba ideado para llevar la iniciativa en el juego.

Con el mismo once a la Real no le quedaba más opción que seguir en la misma línea con la esperanza de crear una oportunidad para lograr el empate, pero en todo el segundo tiempo no fue capaz de crear ninguna y tampoco fue capaz de controlar defensivamente al Madrid.

Dos remates al larguero

El equipo blanco tuvo dos remates al larguero de Sergio Ramos en una jugada a balón parado y de Benzema desde fuera del área y la Real no inquietaba, lo que obligó a Arrasate a aparcar el planteamiento inicial y buscar más profundidad ofensiva.

Así entró Imanol Agirretxe para recuperar el esquema de juego más habitual, con Markel de pivote defensivo, Elustondo como segundo medio centro más adelantado y Canales de media punta, pero no hubo ni tiempo para comprobar cómo reaccionaba el equipo con esta variación ofensiva en una jugada en la que se vio la calidad de Bale. Claudio Bravo falló en su saque, pero solo un crack del nivel del galés puede sacar tanto petróleo de una acción así. A cualquier jugador ni se le ocurre buscar el disparo y al que lo intenta le falta la calidad de golpeo que tuvo el madridista para dejar sentenciado el partido.

Arrasate todavía introdujo otro cambio más ofensivo en el que volvió a alimentar la sensación de que sus sustituciones están condicionadas por el clima extraño que se vive en Anoeta con Elustondo. Aunque tenía tarjeta Mikel González y se puede argumentar que Iñigo Martínez podía tener más profundidad en el lateral izquierdo, sorprendió que prefiriera volver a sacrificar al arrasatearra y colocar a Elustondo de central a la hora de dar entrada a Pardo para intentar buscar el gol que metiera a la Real en el partido.

Gran reacción del público

No consiguió hacerlo porque el Real Madrid demostró que no solo tiene grandes jugadores en ataque. Sergio Ramos y Pepe pudieron en todo momento con Vela y Griezmann y además rubricaron su gran actuación con el tercer gol. Enseguida llegó el de Morata en una contra y entonces se vivió lo mejor de la noche, la reacción de Anoeta ante la adversidad.

Desde el fondo ocupado por la Peña Mujika se empezó a animar al equipo cuando más lo necesitaba y todo el estadio le secundó. Es fácil hacer la ola cuando un equipo gana con claridad, pero lo que hace grande a una afición es reaccionar de esa manera cuando es necesario.

Fue lo mejor de un final terrible para una Real que casi suplicó a Hernández Hernández que pusiera fin a una noche que vuelve a alimentar la sensación de que este equipo va de más a menos en el transcurso de la temporada y en los propios partidos. Habrá que intentar cambiar esta tendencia negativa.