OLAIZOLA-ARETXABALETA 20

URRITIKOETXEA-BEROIZ 22

La complejidad estará en poder encontrarlo en esos días en los que la mochila de la responsabilidad pese toneladas, en esas citas críticas en las que Aimar Olaizola suele crecerse en la misma medida en la que al resto parece encogérseles el brazo, pero Mikel Urrutikoetxea comprobó ayer en el Labrit que es capaz de oponer mucha mayor resistencia a los primeros espadas de lo que había hecho en las dos jornadas anteriores de semifinales, en las que dilapidaron sus opciones.

Sin ese agarrotamiento de los partidos transcendentales, el delantero de Zaratamo salió desatado a la cancha de la Bombonera y, por momentos, dio a Aimar Olaizola de la misma medicina con la que el de Goizueta había despachado a sus rivales en las dos jornadas anteriores. Con un sólido Beroiz que esta vez sí dio más altura a la pelota y un Aretxabaleta que no cometió errores pero que ha tenido tardes con el brazo mucho más fresco, el delantero de Zaratamo gozó de oportunidades, estuvo valiente y demostró recursos para hacer daño, mucho daño, a todo un Olaizola II que, por momentos, llegó a desesperarse con el 2-14 y el 4-16.

Reacción colorada

Y seguro que a intrascendencia del choque tuvo su efecto en el rendimiento de los colorados, pero difícilmente se les puede achacar haberse dejado llevar. El propio campeón manomanista, con su reacción, demostró que no estaba por la labor de perder la imbatibilidad.

Asumiendo quizá más riesgos que en situaciones normales, el de Goizueta se hizo con el mando del partido y con otro parcial espectacular llegaron incluso a ponerse por delante en el marcador, por primera y única vez en el 20-19, tras mandar a las tablas un intento de dos paredes Mikel Urrutikoetxea.

Pocas veces se le escapan este tipo de partidos al campeón de Goizueta, pero el de Zaratamo siguió valiente y un gancho, una paradita perfecta y un error de Olaizola II les dieron un triunfo para poner un bonito epílogo a un interesante campeonato.