Jon ORMAZABAL
Campeonato de Parejas

Una dosis de justicia poética

Un Irujo muy entonado a pesar de sus limitaciones de zurda condujo a un sólido Barriola a su primera final.

XALA - ZUBIETA 8

MTZ IRUJO - BARRIOLA 22

Hablar de justicia poética implica utilizar un tópico literario en el cual la bondad y la virtud son finalmente premiados, mientras la maldad es castigada. Ni mucho menos el duelo de ayer en el Bizkaia era un enfrentamiento entre esos dos conceptos antágonicos, fue una lucha deportiva entre dos parejas que se habían ganado a pulso luchar por la final, pero sí que el término acuñado por Thomas Rymer en su «The tragedies of the last age considered», de 1678, puede servir para premiar la probidad de un Abel Barriola que, por fin, el día 4 de mayo podrá ver cumplido su sueño de disputar su primera final del Parejas.

Y es que, por mucho que en los días previos había tratado de restar hierro a la injusticia que sufrió hace tres años, la herida seguía abierta. Los gestos en cuanto Irujo cerró el partido con una dejada en el txoko fueron elocuentes. También lo fueron sus primeras palabras nada más terminar el partido, haciendo alusión a la «segunda final que he ganado en la cancha».

Hacerlo junto a Juan Martínez de Irujo también tuvo su dosis reivindicativa. Hace dos años, unas inoportunas paperas del de Ibero los apartaron de un título al que parecían destinados y este año un mal de manos en la zurda del delantero ha minado ese trayecto del que, esta vez sí, han salido indemnes.

Pero quizá lo mejor de todo para el de Leitza es el haber llegado a este punto cuajando un partido mucho más que digno, tras un campeonato con sus altibajos. Hace tiempo que el de Leitza sabe, mejor que nadie, que serán excepción los partidos que romperá con su golpe, pero ayer para nada fue inferior a Zubieta, al que acertó a mover y que nunca lo obligó a entregar pelota franca a Xala.

Gestión de recursos

Se puede decir que ahí radicó la enorme diferencia que deparó el marcador final, en la mucho más eficaz gestión de sus recursos de la pareja navarra. Porque los 698 pelotazos cruzados, con un quinto tanto en el que se pegaron hasta 92, nos hablan de un duelo no tan desigual en el peloteo, pero en el que los azules jugaron mucho mejor las bazas que tenían a su alcance.

Porque había dudas previas en torno al estado de la zurda de Martínez de Irujo y el de Ibero evidenció que esa herramienta sigue averiada. Pero eso mismo lo obligó a plantear un partido muy serio, evitando entrar de zurda más atrás del dos o del tres, y despejando pelota con una derecha fresca. Al contrario de lo que hicieron sus rivales, los navarros de Aspe supieron sumar como pareja y los enormes recursos defensivos de aire de Barriola permitieron a Irujo no tener que arriesgar a pelotas complicadas y reservar su zurda para las opciones más cómodas.

Este perfecto acoplamiento de Martínez de Irujo y Barriola, es precisamente de cuya falta adolecieron Xala y Zubieta. Lejos de ser aquel zaguero que hace quince días se encargó de surtir pelotas a Olaizola II para que este los acribillara, el de Etxarri para nada cuajó un mal partido. No abrió enormes huecos con su golpe como pretendía, pero sobre todo le faltó que Xala utilizara su puntilla. El de Lekuine estuvo timorato y ni siquiera aprovechó su gran volea para poner a prueba la zurda de su oponente en los cuadros alegres y su resistencia resultó escasa. Seguro que la final no será tan plácida para los de Aspe el próximo día 4.