Mikel INSAUSTI DONOSTIA

Elvira Lindo es la autora del guión de «La vida inesperada»

Si Jorge Torregrossa debutó en el fantástico apocalíptico, para su segundo largometraje ha elegido el género muy diferente de la comedia viajera. Narra la experiencia neoyorquina de dos primos muy opuestos, contando con un guión original de la allí residente Elvira Lindo.

Por lo general las películas sobre residentes en Nueva York no suelen tener nada que ver con el cine social de la inmigración, porque estas otras películas suelen girar en torno a jóvenes que van a la Gran Manzana deseando triunfar en el mundillo artístico, y si trabajan como asalariados es en espera de que les salga alguna oportunidad en lo suyo.

Jorge Torregrossa, que había debutado con la decepcionante cinta apocalíptica «Fin», ha decidido cambiar de tercio para su segundo largometraje. Ha hecho las maletas y se ha marchado a rodar a Nueva York, contando con un guión original de Elvira Lindo, que durante su estancia allí quiso plasmar sus vivencias con una mirada de extranjera curiosa.

La línea del cielo

Han pasado treinta años desde que Fernando Colomo rodara en N.Y. «La línea del cielo», película de la que no difiere mucho «La vida inesperada», que también tiene apuntes de esos programas televisivos de la serie «Españoles en el mundo», que suelen dedicar muchos capítulos a la ciudad de Woody Allen.

Las andanzas de los dos protagonistas son, en ese sentido, más bien tópicas. El interés que desprenden los personajes se debe a la labor interpretativa de Javier Cámara y Raúl Arévalo, quienes hacen un esfuerzo por entenderse en «spanglish» con las actrices nativas, las cuales son las que se quedan un tanto fuera de sitio.

Al carisma de la pareja principal se suma Gloria Muñoz, que es la madre que se comunica con su hijo viajero vía Skype. Las conversaciones por videoconferencia tienen su gracia, ya que mientras su chico intenta hacerle ver que las cosas van muy bien, el primo de visita sabotea la relación maternofilial, ganándose puntos de cara a la familia.

El humor depende precisamente de los carácteres opuestos de los primos. Al aspirante a actor que lleva diez años allí le cuesta abrirse paso, en contra de la seguridad que exhibe el recién llegado, que responde al perfil del joven triunfador en el mundo de las inversiones.