Maite SOROA
msoroa@gara.net
PAPEREZKO LUPA

Mirando al 8 de junio

Hasta ahora han intentado ignorarla, a ver si pasada pronto y sin hacer ruido, pero el creciente número de adhesiones ha obligado a algunos comentaristas del unionismo carpetovetónico a hablar de la cadena humana convocada por Gure Esku Dago el 8 de junio. Por ejemplo, a Tonia Etxarri, quien en su habitual columna en «El Correo» afirmaba ayer que «después del paréntesis de la carrera electoral el foco se desplazará hacia la segunda `cadena humana' humana por la independencia», algo que, a su juicio, provoca «cierta incomodidad al lehendakari Urkullu». Pues si ella lo dice... También opina que el PNV «vuelve a subirse al alambre para intentar mantener el equilibrio imposible», y advertia de que «habrá que tomar, pues, el pulso al gobierno nacionalista de Urkullu después del 8 de junio». No se vaya a descarriar... Que aquí todo el mundo sabe quién pone las notas al gobierno de turno.

Etxarri diserta luego sobre el proceso catalán y el negro futuro que le aguarda, según la opinadora de Vocento, al president Artur Mas, en un aviso a navegantes para que Urkullu no le siga la jugada, y señala que el lehendakari, «que de momento ha conseguido saltar sobre los rescoldos de la hoguera que dejó su antecesor Juan José Ibarretxe sin quemarse», tiene que «definir ya su proyecto en la ponencia del Parlamento sobre el nuevo estatuto». Pues estaría bueno que lo que no han logrado los grupos de la oposición, que el PNV explique qué es lo que quiere, lo consiga la colega.

Etxarri explicaba que hoy mismo el lehendakari Juan José Ibarretxe y la exconsejera Gemma Zabaleta, del PSE, «compartirán cartel con el exdirigente de HB Floren Aoiz para hablar del derecho a decidir», un hecho que seguro que le parece lo peor de lo peor. Luego, como quien no quiere la cosa, la plumilla aseguraba que «el Parlamento vasco contabiliza una mayoría de escaños nacionalistas, aunque la calle vaya por otro lado», aunque no especificaba qué calle, seguramente se refería a la calle Génova de Madrid, porque parece que esta mujer no ha pisado una calle vasca en años.

Y para concluir, opinaba que «el PNV ha dejado de ser lo que fue desde que EH Bildu llegó a las instituciones. Sabe que tiene que medir sus pasos para que la izquierda abertzale no acabe beneficiándose de su ambigüedad calculada». Mejor si en vez de medir sus pasos empiezan a andar. De momento, de Durango a Iruñea, que es un paseo majo.