El expresidente egipcio Hosni Mubarak fue condenado ayer a tres años de cárcel por apropiación indebida de fondos públicos. El Tribunal Penal de El Cairo sentenció también a los hijos del exmandatario Alaa y Gamal a cuatro años de prisión por los mismos cargos, en un fallo que es apelable.

Además, la Corte estipuló que deberán devolver al Estado en compensación por este fraude 21 millones de libras egipcias (unos tres millones de dólares) y a pagar una multa de 125 millones (unos 18 millones de dólares), además de los gastos del juicio.

Todos ellos estaban imputados por apropiarse de más de 125 millones de libras egipcias de las arcas públicas para destinarlos al mantenimiento de los palacios presidenciales,

Mubarak se encuentra bajo arresto domiciliario en el Hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi, mientras que sus hijos están encarcelados en el presidio de Tora. «Todo lo mencionado por la Fiscalía Pública no sucedió en absoluto y es infundado», dijo Mubarak el pasado 19 de febrero, durante la primera sesión del juicio.

Mubarak está siendo también procesado junto al exministro de Interior Habib al-Adli y seis de sus ayudantes por supuestamente ordenar la muerte de manifestantes durante la revolución de 2011, un caso por el que recibió una condena a cadena perpetua, luego anulada.

Además, el expresidente, sus dos hijos y el empresario fugado Husein Salem se enfrentan a cargos de corrupción, tráfico de influencias y a un presunto delito por la exportación de crudo a Israel a precios supuestamente inferiores a los del mercado.

54 cadenas perpetuas

Por otra parte, un tribunal egipcio condenó a 155 partidarios de Hermanos Musulmanes a penas de cárcel, 54 de ellos cadena perpetua, en un caso relacionado con la violencia que se registró en la provincia de Mansur, en el Delta del Nilo, el pasado agosto después del golpe de Estado que derrocó al presidente Mohamed Morsi.

Otros imputados han sido condenados a entre 3 y 10 años de cárcel. Los cargos por los que se les ha condenado van desde instigación a la violencia y al caos hasta pertenencia a un grupo prohibido.

La Policía empleó gases lacrimógenos frente al tribunal para dispersar a los manifestantes que protestaban por el veredicto.