Rigoberto Urán ganó con una superioridad inesperada la crono de 42 kilómetros entre Barbaresco y Barolo, tras la que se convirtió en el primer colombiano que viste la maglia rosa tras arrebatársela a Cadel Evans, tercero por detrás de Ulissi.

La contrarreloj marcó más diferencias de las esperadas y el segundo clasificado del pasado Giro aventajó en 1.17 a Ulissi, 1.34 a Evans, 1.39 a Majka y el resto de los favoritos perdió más de dos minutos. Nairo Quintana cedió 2.41 y queda en la general a 3.29 de su compatriota, que pasa a ser el primer aspirante a la victoria final tras su contundente exhibición de ayer.

Urán ya fue segundo a 15 segundos de Pozzovivo en la primera referencia en el kilómetro 12,6 al final del puerto de cuarta que se subía de salida. A partir de su cumbre empezó a marcar diferencias en la bajada y en el llano y ya en la segunda referencia en el kilómetro 26 establecía el mejor tiempo con 27 segundos a Ulissi y 59 a Evans. En los últimos dieciséis kilómetros, con dos subidas, alejó a todos sus rivales en una demostración de que ayer fue el más fuerte con gran diferencia.

Queda mucho Giro, todas las etapas de Alpes y Dolomitas, pero la diferencia que cobró Urán fue muy importante, sobre todo porque es un buen escalador y porque el gran favorito, Nairo Quintana, trasmite sensaciones negativas y tampoco se espera que Cadel Evans sea mejor que el líder en la alta montaña.

Urán tuvo la ventaja de las referencias que ofrecieron sus compañeros Brambilla, Poels y De Gendt. Omega, que había tenido poco protagonismo en la primera mitad del Giro, colocó a cuatro corredores entre los ocho primeros y tiene la oportunidad de ganar su primera grande.

Un líder para las grandes

Para eso fichó Lefevre a Urán después de su segundo puesto del pasado Giro, que tuvo más mérito tras perder tiempo en las primeras etapas por la táctica del Sky de proteger a Wiggins. Desde el inicio de Quick Step a su equipo le faltaba un líder de entidad para las grandes vueltas y con Urán tiene uno de nivel.

En lugar de apostar por el Tour ha centrado la temporada en el Giro y tras un comienzo de año en el que ha estado lejos de los primeros puestos por problemas de salud, ha llegado en una buena forma a su gran objetivo de la temporada y logró ayer su primera victoria con el maillot del Omega Pharma.

Si sorprendió su exhibición, también el segundo puesto de Ulissi y el cuarto de Majka, que realizaron igualmente la mejor crono de sus carreras, aunque cedieron terreno al final con respecto al colombiano. Evans estuvo algo por debajo de lo esperado, aunque en los últimos años ha perdido en la contrarreloj, Kelderman se confirmó en los primeros puestos de la general y el corredor que salió especialmente reforzado fue el líder del Ag2r, Domenico Pozzovivo. El italiano ha sido el único que ha podido distanciar a sus rivales cuesta arriba y ayer acabó en un meritorio octavo puesto.

Nairo Quintana cedió demasiado en una crono que no era mala para sus características y confirmó las malas sensaciones que denotaban sus declaraciones de los últimos días. Las caídas le han marcado y además arrastra un resfriado y a partir de mañana deberá mejorar mucho para empezar a recortar tiempo con sus predecesores.

Su escudero Jonathan Castroviejo no llegó a disputar la crono como muchos corredores porque tampoco la climatología adversa invitaba a hacerlo y Mikel Landa fue el mejor vasco de la etapa a 6.40. Su compañero Fabio Aru estuvo mucho mejor y llegará séptimo en la clasificación general a la montaña.

Calma antes de la alta montaña

El Giro afronta hoy la decimotercera etapa de 157 kilómetros entre Fossano y Rivarolo Canavese, una oportunidad que no querrán dejar escapar los equipos de los sprinters porque el fin de semana el protagonismo será para los escaladores con los dos finales en los Alpes mañana en Oropa y el domingo en Plan di Montecampione.