Sin opciones en las grandes competiciones por parejas, las individuales como el Manomanista parecen las oportunidades que pelotaris como Mikel Idoate -Julen Retegi podría ser otro caso- deben aprovechar para ganarse ese protagonismo que se les niega durante el resto del año. El cambio de empresa tampoco le ha abierto al de Txantrea todas las puertas que quizá esperaba, pero el delantero iruindarra no se siente especialmente presionado en las horas previas a la defensa de su condición de cabeza de serie.

«La presión ya no existe. Es lo que juego, al que le guste bien y al que no, ya lo siento. Yo intento hacerlo lo mejor posible cada día, entrenar lo más posible y lo que se ha visto durante estos cuatro años es lo que puedo dar y ahí habrá gente a la que le guste y gente a la que no. Lo que sé es que tengo que darlo todo, intentar mejorar algunas cosas, pero la base es lo que hay», declaró tras la elección de material de cara a mañana en el Ogeta.

En este sentido, Idoate dijo tener margen de mejora, «pero ya te digo que al final lo que uno juega, la base, es la que es. Yo nunca voy a coger una pelota en el cuatro y la voy a poner en el rebote, pero lo que sí voy a hacer es luchar e intentarlo», señaló el navarro, dando anunciando esa perseverancia y esa resistencia que le han dado cierto estatus en la que dicen competición más importante del año.

Peor que el año pasado

Sin muchas referencias sobre su estado de forma, jugó su último partido hace ya casi 20 días en el Labrit, preguntarle por su estado era inevitable, y Mikel Idoate fue claro al reconocer que está bien, pero no tanto como el año pasado, cuando pudo preparar el Campeonato Manomanista a su antojo.

Este año también ha tenido tiempo, pero problemas en su mano izquierda no le han permitido gozar de la continuidad necesaria. Este mal de manos apareció por Carnavales, a mediados de febrero, y lo tuvieron sin poder entrenar durante mes y medio aproximadamente. «He ido entrenando conforme me encontraba, había días en los que se me cargaba la mano y tenía que parar, a la siguiente entrenaba mejor y, poco a poco, en las últimas semanas sí que han sido entrenamientos continuos y, si no he jugado partido el fin de semana, dos entrenamientos duros a la semana sí que he metido», explicó un Idoate cuyas sensaciones en sus últimos tres entrenamientos han sido muy positivas.

De ahí se podía deducir que esta semana extra que ha tenido por el aplazamiento de Xala podían haberle venido hasta bien, pero el de la Txantrea tiene muy claro que hubiera preferido jugar cuando tocaba. «Para ese día llegaba bien, pero es la LEP.M la que manda y habrá que jugar cuando dicen».

Principalmente, dos son los perjuicios que ve a una práctica cada vez más habitual como la de los aplazamientos. «Te quita una de las ventajas que puedes tener al entrar en cuartos; que el contrario lleve uno o dos partidos, que esté un poco cansado o lesionado, pero el viernes no va a haber excusas, si me gana es porque juega mejor».

Además, tantos cambios -en su caso han sido hasta tres fechas distintas- afectan a la preparación del partido. «Te trastoca sobre todo mentalmente. Las semanas las planteas dependiendo si juegas o no, pero te trastoca sobre todo mentalmente. La verdad es que, cuanto más presión hay, más manías vamos cogiendo los pelotaris y cambiar el chip de un día para otro, con tus manías y con tus cosas, te afecta un poquito», declaró finalmente Mikel Idoate.