Alvaro Reizabal
Abokatua
JO PUNTUA

De Madrid al cielo

Las estrategias son calcadas: me voy, pero me quedo hasta el congreso que convoco para renovar el partido, y así controlo el recambio a mi imagen y semejanza

Allá por los primeros días de 2012 hablábamos en esta misma columna de lo paradójico que resultaba que en plena fiebre propagandística de las bondades de la reforma laboral, los minijobs y los contratos basura, al entonces lehendakari Patxi López le surgiera un pluriempleo que añadir a su cargo de presidente en la Comunidad autónoma. Y nada menos que en la ejecutiva estatal del PSOE, que creó, a su medida, el cargo de responsable de relaciones políticas, que aun ostenta.

Eran los tiempos dorados del «primer lehendakari no nacionalista», elegido, no se olvide, sin haber ganado nunca unas elecciones, y con la colaboración necesaria de los votos de su rival aparente, el PP. Todo por la patria.

El portugalujo estaba de moda en su España querida, y en muchas quinielas se apostaba por él como futuro secretario general del PSOE, por lo que el nombramiento parecía ser el trampolín que le iba a catapultar a su objetivo final de siempre: el salto a la fama en Madrid, mas allá de aspiraciones localistas, de patria chica o vulgar terruño.

Indudablemente, las circunstancias han cambiado porque Patxi ya no es lehendakari, el 25 de octubre ya no se celebra «su» festividad del Estatuto y, si ahora puede estar en la palestra por algo, será por la estrepitosa ruina a la que ha conducido a su partido en poco tiempo, logrando el récord de perder el 75% de sus votantes. Solo Jiménez, y su gestión de la moción de censura de Yolanda Dietas Barcina, puede comparársele. Así que, abrumado por la situación, Superpatxi, siguiendo la estela de su jefe de filas, el otrora conocido como Rasputín, ha dicho que se va.

Las estrategias son calcadas: me voy, pero me quedo hasta el congreso que convoco para renovar el partido, y así controlo el recambio a mi imagen y semejanza. El cambio sin cambio. Dices que te vas, te vas y nunca te acabas de marchar de aquí...

Claro que Rubalcaba parece querer decir que se va a casa por el fracaso sufrido, aunque el tiempo dirá, que no parece que tuviera muchas ganas de dejar el chiringuito. Pero lo de Patxi es más mosqueante, todavía, porque cuando, tras anunciar que se iba, le preguntaron si esa salida era el inicio de la larga marcha hacia Madrid, no solo no dijo que no, sino que de sus evasivas, como que no hay guión escrito, puede inferirse que va a postularse. Y no es de extrañar, habida cuenta de su magnífica hoja de servicios y los éxitos cosechados en la etapa que ahora acaba. Por mí, que se vaya, que ya dice la expresión castiza que de Madrid al cielo. Y que siga allí, haciéndolo como aquí, que el partido sabrá agradecérselo.

Unos se van, pero nosotros nos quedamos y tenemos ante nosotros nuevos retos, porque los resultados electorales en Euskal Herria y Catalunya han sido esperanzadores para quienes defendemos el derecho a decidir de nuestros pueblos. Y el primero de esos retos es la cadena humana que el 8 de junio unirá Durango con Iruñea ¡Por la independencia y por nuestros presos!