Mikel INSAUSTI DONOSTIA

Con «X-Men: Días del futuro pasado» nace el nuevo concepto de la intercuela

La Fox sigue explotando el material que en su día pudo comprar a Marvel, contando con el talento de Bryan Singer para alargarlo y renovarlo convenientemente. Así se le ha ocurrido crear la «intercuela», que no es ni una precuela ni una secuela, sino un paso intermedio entre ambas. Surge de la posibilidad ficcional de los viajes en el tiempo, lo que permite reunir personajes conocidos de la franquicia con otros nuevos, a la vez que rejuvenecer a los más viejos.

La vuelta de Bryan Singer a la franquicia es fundamental, pues fue quien supo darle impulso cinematográfico en las dos primeras entregas, continuadas por Brett Ratner en «La decisión final» y por Matthew Vaughn en «Primera generación». Una quinta ya parece demasiado, pero el creador de la oscarizada «Sospechosos habituales» se las ha ingeniado para darle continuidad mediante el innovador concepto de la «intercuela».

Ni es una precuela, ni tampoco una secuela. Sería, por lo tanto, un paso intermedio entre ambas. Surge de la necesidad de sumar a los personajes conocidos otros nuevos, y mediante el recurso ficcional de los viajes en el tiempo se puede rejuvenecer a los más viejos, como son Charles Xavier y Magneto.

¡Levántate y anda!

El Charles Xavier interpretado por Patrick Stewart en silla de ruedas pudo caminar de joven, y puesto en pie se le ve en «Días del futuro pasado». Quien lo encarna de joven es James McAvoy, con el personaje renunciando a sus poderes a cambio de la fuerte medicación que le permite superar sus problemas de columna.

Por su parte, quien hace las veces de Magneto en los años 70 es Michael Fassbender, rejuveneciendo de esta manera a Ian McKellen. Se da la circunstancia excepcional de que en el futuro Magneto y Charles Xavier han tenido que unir sus fuerzas, para cambiar el curso de la historia mediante un viaje al pasado. Un regreso que permite desarrollar una dimensión histórica paralela a la de los acontecimientos reales, dentro de la cual los mutantes habrían participado en la política estadounidense, siendo ocultados y perseguidos por Nixon en los años de la Guerra de Vietnam. A la vez la carrera armamentística secreta habría dado lugar a Los Centinelas, diseñados para destruir a los mutantes. Detrás del plan está el malvado Bolivar Trask, al que presta su imagen Peter Dinklage.

Todo ello conecta con el punto de partida de Bryan Singer para la traducción cinematográfica del cómic creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1963, basado en una marginalidad de los mutantes comparable a la de los homosexuales en el mundo real, comunidad a la que pertenece Singer.

Para «Días del futuro pasado» se han adaptado un par de números publicados en 1981, con guion de Chris Claremont y dibujos de John Byrne. El material lo ha reescrito para la pantalla Simon Kinberg, manejando muchos más personajes y situaciones.