5 de junio 2014
Declaración de Montevideo

Encuentro Uruguay por la paz en el País Vasco

Los asistentes al «Encuentro Uruguay por la paz en el País Vasco» y las personas y organizaciones que suscribimos este pronunciamiento coincidimos en señalar como histórico el momento político que vive el País Vasco. La Declaración de Bruselas (Marzo 2010) suscrita por varios premios Nobel de la Paz, el Acuerdo de Gernika (Septiembre 2010), el debate de la Izquierda Abertzale y su apuesta unilateral por vías exclusivamente políticas y democráticas, además de la decisión de ETA de poner fin definitivamente a su actividad armada, dibujan un panorama que ha abierto un nuevo tiempo político en el País Vasco y también en el conjunto de los estados español y francés.

A nuestro entender, ha sido fundamental en el devenir de los acontecimientos antes citados la celebración el 17 de Octubre de 2011 de la Conferencia Internacional de Paz de Donostia-San Sebastián y el Encuentro Continental por la Paz en el País Vasco celebrado el 17 de Octubre de 2013 en México. La celebración de dichos eventos, auspiciados ambos por personalidades de talla internacional, fueron en sí mismas de un valor enorme en el contexto de la búsqueda de las soluciones que tanto necesita el País Vasco. Desde Uruguay hemos tomado el relevo y llamamientos realizados en estas conferencias y deseamos seguir sumando apoyos de cara a alcanzar una paz justa y duradera en el País Vasco.

Consideramos que la resolución de cinco puntos alcanzada en la Conferencia de Donostia-San Sebastian -que por haberse realizado en el Palacio de Aiete de esa ciudad es conocida como la Declaración de Aiete- representa una hoja de ruta adecuada, de gran validez y vigencia en el contexto político actual, que se convierte además en una iniciativa referencial por sus contenidos, implicaciones y los pasos que pide dar a partir de entonces. El 20 de Octubre de 2011, ETA anunció el cese de su actividad armada y solicitó diálogo con los gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente «las consecuencias del conflicto», término en el que se engloban las cuestiones relativas a los presos, víctimas y desarme, de tal forma que la agenda política pase a situarse plenamente en el ámbito de los representantes de la sociedad vasca.

Estimamos oportuno subrayar la vigencia de los contenidos de la Conferencia de Donostia-San Sebastián e instamos a todos los implicados -ETA, gobiernos, instituciones, partidos políticos y sociedad civil- a promover un ejercicio de diálogo y reconciliación que establezca unas sólidas bases para la convivencia. Les animamos a abordar medidas referentes a la situación y puesta en libertad de presos. Saludamos el trabajo realizado por el Grupo Internacional de Contacto y la Comisión Internacional de Verificación y especialmente el anuncio del 21 de Febrero de 2014 dando a conocer que ETA ha comenzado ya «el proceso unilateral de sellado y puesta en fuera de uso operativo de sus armas, munición y explosivos». Nos sumamos a los llamamientos de la comunidad internacional pidiendo la implicación de los gobiernos español y francés en el proceso de desarme, de manera que se facilite un marco adecuado para que este pueda concluir de manera acordada, verificada, ordenada y controlada. En relación con estos temas consideramos muy positivas las recomendaciones publicadas en Mayo del 2013 en Donostia-San Sebastián por el «Foro Social para impulsar el proceso de paz en el País Vasco» y animamos a su pronta implementación.

Nos hallamos ante un nuevo tiempo político que exige actuar sin demora. Dar paso a la ruta y espíritu de la Paz, por encima de la lógica de fuerza y confrontación, nos parece requiere un esfuerzo constructivo para el que hoy no valen excusas ni obstáculos que puedan aducirse como insalvables. La consolidación del nuevo escenario es tarea de todos y es nuestro interés común promover y procurar las acciones necesarias para ello. Por cuanto antecede, apremiamos a todas las partes a que se impliquen en la construcción de una paz justa y duradera en el País Vasco y recomendamos para ello la aplicación de la hoja de ruta que representa la Declaración de la Conferencia Internacional de Paz de Donostia-San Sebastián del 17 de Octubre de 2011.