La pizarra del exilio
El bilbaino José Arribas fue entrenador del Nantes durante 16 años. Precursor de numerosas variantes tácticas, se alzó con el títulos de la Ligue 1 en 1965, 66 y 73. También dirigió a la selección francesa durante cuatro partidos a mediados de los años 60.

La cantera del Nantes es una de las más prolíficas del Estado francés, y por sus instalaciones han pasado técnicos y formadores de gran prestigio, como el exrealista Raynald Denoueix. Pero, sin duda, la figura más importante de la entidad bretona fue el bilbaíno José Arribas. Entrenador de Les Canaris durante 16 años, fue precursor de numerosas variantes tácticas y se alzó con los títulos de la Ligue 1 en los años 1965, 1966 y 1973. Asimismo, dirigió a la selección francesa durante cuatro encuentros a mediados de los sesenta y fue ayudante de Jean Snella durante el Mundial de Inglaterra.
La historia de Arribas comenzó mucho antes, durante el asedio del ejército franquista sobre la capital vizcaina. Miles de familias se vieron obligadas a salir del país, a pie por el puente que une Irun y Hendaia, otros por los montes y la gran mayoría en barco. Uno de esos casos fue el de la familia Arribas, donde todos sus miembros excepto uno partieron desde Santurtzi hasta el Estado francés. El padre de José, republicano y de izquierdas, siguió en el frente y sus parientes no volvieron a tener más noticias hasta la de su fallecimiento en combate.
Las dificultades fueron manifiestas, ya que los puertos de Burdeos y la Rochelle bloquearon la llegada de barcos de refugiados y únicamente pudieron atracar en Nantes. José Arribas contaba con 17 años cuando pisó por primera vez el suelo del Estado francés, lugar donde le tocó vivir la II Guerra Mundial, y dicha herida le acompañó para siempre. Tras aprender la lengua, volver a vivir el horror bélico y desarrollar diferentes trabajos no relacionados con el fútbol, en 1948 firmó un contrato profesional como jugador del Le Mans.
Tras cuatro años vinculado a Les Mucistes dejó la práctica activa del fútbol y pasó a ser entrenador del modesto US Saint-Maló. Posteriormente, se sentó en el banquillo del Noyen Sur-Sarthe, localidad en la que su mujer tenía una cafetería. Sin embargo, el gran salto llegó en 1960, cuando envió su currículum al Nantes, equipo entonces de Segunda que buscaba un nuevo técnico. Tras una breve reunión con el presidente, ambos se pusieron de acuerdo para dar inicio a la etapa más gloriosa de La Maison Jaune. Una época muy fructífera en lo que a resultados se refiere y que dejó un importante legado debido a lo innovador de muchos de los planteamientos futbolísticos de Arribas. Su concepción del juego y la riqueza tácticas¡ del bilbaino no siempre convencieron a la afición, que a menudo silbaba a su equipo.
Sin ningún mentor, era un apasionado del fútbol, buscaba información de equipos de todo el mundo, sintiendo una gran admiración por la selección brasileña que ganó el Mundial de 1958. Entre los conjuntos europeos coetáneos a su Nantes, el Liverpool de Bill Shankly era la escuadra que más interés le despertaba aunque tampoco quitaba ojo al fútbol belga. En la pizarra de Arribas, ese antiguo adolescente exiliado que nunca más regresaría a vivir en Euskal Herria, destacaban varios conceptos: la obsesión por aprovechar al máximo los espacios en el fútbol, introduciendo la defensa zonal en detrimento del hombre a hombre, la posesión, el entendimiento de las sensaciones de los futbolistas, la incorporación de los laterales y, sobre todo, que sus jugadores supiesen qué hacer antes de recibir la pelota y el primer toque. Su estilo ha servido como fuente de inspiración para otros grandes entrenadores. Es el caso de Aimé Jacquet, campeón del mundo con Francia en 1948 y también procedente de la zona del Loira.
Fue un técnico vanguardista, anticipó parte de las características que posteriormente distinguirían al Ajax de Kovacs o a la Holanda de Rinus Michels y su fútbol total. Su desempeño en el Nantes llamó la atención del Barcelona, pero Arribas prefirió seguir al mando de Les Canaris. En cambio, los cules sí que pudieron contratar a Salvador Artigas, un técnico catalán que había combatido en el bando republicano como aviador tras el alzamiento franquista. Tras jugar en equipos como el Girondins, en 1949 fichó por la Real Sociedad. Años más tarde, también entrenaría tanto al equipo txuri-urdin como al Athletic. Arribas y Artigas se midieron en varias ocasiones en los banquillos dirigiendo al Nantes y al Girondins de Burdeos, respectivamente.
Son muchos los futbolistas de talento surgidos bajo el manto de los métodos futbolísticos de Arribas como son los casos de Jacky Simon, Patrice Rio o Henri Michel. Paralelamente, mientras sumaba éxitos deportivos como los tres títulos de Liga mencionados, el bilbaino trabajaba en la creación de un centro de entrenamiento y formación para el Nantes. Una meta que se hizo realidad en 1978, dos años después de que el preparador vasco abandonase el club. Un desencuentro con la directiva, que le ofrecía una renovación de apenas un año frente a las pretensiones de mayor duración temporal que mantenía Arribas, propiciaron su salida. Un adiós traumático para una entidad que es imposible de entender sin su vanguardista alma mater.
Arribas prosiguió su carrera en el Olympique de Marsella en 1976 donde apenas estuvo una temporada. Su siguiente destino fue el Lille donde también dejó huella durante las seis campañas que estuvo al frente del conjunto norteño. En 1989, a los 68 años de edad, fallecía José Arribas. Una pérdida lamentada por todo el fútbol, pero especialmente llorada en Nantes. Ciudad en la que dispone de una calle con su nombre y donde el centro de entrenamientos de Les Canaris pasó a llamarse Centre Sportif José Arribas. Una factoría soñada e ideada por el bilbaíno y que ha moldeado enormes talentos como Bossis, Karembeu, Deschamps, Desailly, Loko, Landreau, Pedros, Carriere, Ouedec, Ziani, Payet o Toulalan. Bajo la atenta mirada de técnicos como Coco Saudeau, Jacquet o Denoueix y con la filosofía deportiva de José Arribas siempre como referencia. De hecho, la escuela de fútbol del Nantes sigue siendo una de las grandes referencias a nivel europeo y son varias las visitas que técnicos tanto de Lezama como de Zubieta han realizado a su ciudad deportiva.

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