Hay días en los que esta lupa no sabe ni por dónde empezar, si de recopilar barbaridades y sandeces mediáticas se trata.

Por ejemplo, nada más acercarse a «La Razón», en su portada, y bajo un titular sobre la renuncia de Susana Díaz a presentarse a la Secretaría General del PSOE, dedicaba otro a uno de los posibles candidatos: «Madina, ceremonia de la confusión republicana», y advertía de que «El PSOE más extremo podría tomar las riendas». Servidora ignora si existe algún PSOE «extremo», pero si lo hay, no lo será por su tendencia ni socialista ni obrera. Ni republicana, a pesar de que, «El favorito para suceder a Rubalcaba pide abrir el debate sobre la monarquía». Claro que «votará hoy sí a la Ley de Abdicación».

En `Las caras de la noticia', la única flecha hacia abajo se la adjudicaba a Aitor Esteban, portavoz jeltzale en el Congreso español, porque «ha pedido que el futuro Felipe VI sea proclamado Rey vestido de civil y no de militar», algo que a servidora le preocupa bien poco (lo mismo que si va de pato Donald), a pesar de que no deja de ser significativo. «La Razón» cree, sin embargo, que «Los nacionalistas vascos no se apean de sus complejos ni de sus tópicos. Es hora de que asuman la normalidad democrática y el siglo XXI». Ya, la de las monteras, las peinetas, los tricornios y las mitras, ¿no?

En su web, el mismo diario se hacía eco de la votación de la ley de abdicación de Juan Carlos I y titulaba «El Congreso aprueba por abrumadora mayoría la ley de abdicación del Rey». ¿Qué esperaba, un empate? Y también destacaba la melonada, parapetada en su habitual impunidad, del portavoz del PP, Alfonso Alonso: «Alonso tilda a Amaiur de despreciable por intentar matar al Rey». Eso es todo lo que se le ocurrió al pobre hombre como respuesta al estupendo discurso del diputado de Amaiur Sabino Cuadra.

Sin salir de la caverna, «Abc» también advertía del peligro de la sucesión en el PSOE: «Madina peleará por radicalizar el PSOE frente a Pedro Sánchez», y aseguraba que «El Congreso socialista se debatirá entre un giro a la izquierda y el retorno al centro». En su editorial, daba instrucciones a ese partido que se dice de izquierda, eso sí, por su bien: «El socialismo, por su bien y el de España, necesita reencontrar la vía de la centralidad». La de Abc, ¿no? Si es que el facherío solo piensa en los demás.