El culebrón de la abdicación del rey español seguía ocupando portadas y páginas y más páginas repletas de babas.

«Abc» informaba de que el Borbón padre «no acudirá a la proclamación de Felipe VI», y titulaba su editorial «España se volcará con sus reyes», es más, como después casi ordenaba, «el pueblo ha de volcarse con sus Reyes, participando de un acto tan trascendental y jubiloso como es el relevo sin traumas en la cima del Estado». No sé si con traumas o sin ellos, pero sin que ese pueblo que «se volcará» pueda decir ni esta boca es mía, sí.

«La Razón» con idéntico titular en portada, pero mucho más grande, aclaraba que el monarca «no quiere restar protagonismo a su hijo en las Cortes». Y todo lo demás era peloteo pegajoso, empezando por el editorial, titulado «Una ausencia generosa», que comenzaba así: «ya había dado cuenta «La Razón» de que Su Majestad Don Juan Carlos había expresado su intención de no asistir a la ceremonia de la jura y proclamación del Príncipe de Asturias como Felipe VI». Y como lo había dicho «La Razón», «Ayer, la Casa del Rey, al hacer público el programa de actos de la Coronación, confirmó este extremo». Esa decisión merecía, además, el comentario de Francisco Marhuenda, a quien, con solo leer el título de su pieza, no es difícil imaginar limpiando con su flequillo los zapatos del monarca: «Otro sacrificio de Don Juan Carlos». Seguro que le dijeron que tenía que madrugar y se le ocurrió eso de no restar protagonismo a su hijo.

«El Mundo» decía en portada que IU «boicotea la coronación para liderar la ofensiva republicana». Y en páginas interiores, que «extrema su republicanismo tras el éxito de Pablo Iglesias el 25-M». Eso de «extremar» el republicanismo solo se entiende en el republicanismo «juancarlista». Aseguraba que tampoco acudirán BNG, Geroa Bai, ERC y Compromís. ¿Y Amaiur...? Seguidamente aclaraba que la formación soberanista de izquierda «ni siquiera participó en la votación del miércoles», hay que ver, qué perversidad. Y después decía que la ausencia de IU «supone una quiebra del pacto que alumbró la Constitución de 1978».

Lo que es una quiebra, de la deontología periodística en este caso, es el subtítulo de ese diario en el que «informaba» de que el juez Eloy Velasco «decreta prisión incondicional para el etarra que intentó matar a Patxi López». Pues nada, ya no hace falta ni juicio, que dicte sentencia «El Mundo».