Maite SOROA
PAPEREZKO LUPA

Hermano y hermana, de actualidad

Si no es la hermana que unos quieren intocable y otros en el talego, es su majestad el hermano, este sí, intocable e irresponsable. A diario nos ofrecen una buena ración de Borbones.

«Abc» abría su edición con el viaje del rey hispano a Catalunya, titulando «El Rey apela a la unidad y la concordia en Cataluña». Que apele, que apele. Y resaltaba que «Ofrece la `colaboración sincera y generosa' de la Monarquía para alcanzar todas las `metas colectivas'». Sí muy generosa. En su editorial, se refería al recurso del fiscal contra la imputación de Cristina Borbón, decía que ese recurso «debería haber sido más institucional y menos personalista», pero desde el título avisaba: «El fiscal desmonta al juez Castro». Decía que el fiscal conoce muy bien al juez y «lo describe crudamente en la impugnación de un auto engañoso». En fin, que ese fiscal le cae muy bien y el juez no tan bien, pero no «por ser quien es», sino por imputar a quien ha imputado.

«La Razón» también abría con la visita del vástago menor del otro rey a quien están aforando a marchas forzadas. Decía que el hermano de la imputada «reclama en Cataluña respeto, entendimiento y convivencia». Respeto, ¿quién a quién? Titulaba el editorial «El Rey, con los catalanes», lo que una, si no lo hubiera leído en el periódico de Marhuenda, habría entendido que apoyaba a los catalanes y catalanas en su intención de decidir sobre su futuro, más aun cuando en un destacado se leía: «Don Felipe conoce en profundidad los problemas de Cataluña». Pero no, decía que «conoce su realidad, lo que le ha servido, como dijo en Girona, para `querer lo que compartimos todos los españoles'». Entonces no conoce su realidad.

El mismo diario, en un `puntazo', también se refería al recurso contra la imputación de la infanta: «El fiscal anticorrupción desmonta al juez Castro». Y servidora, nuevamente dejándose llevar por su imaginación, veía un montón de piezas como las de un mecano pertenecientes al cuerpo del juez. sobre el recurso, decía: «Hay que estar muy seguro jurídicamente para firmar todas esas afirmaciones rotundas sin que tiemble el pulso. Y el fiscal Horrach lo está». Casi tanto como Marhuenda.