Tras aprobar su transformación en una fundación bancaria privada, BBK trasmitió ayer que fue «una asamblea absolutamente tranquila», en la que estuvieron presentes 71 de los 80 consejeros, de los que el 85,9% dio su apoyo a la transformación en fundación bancaria, ya que fue aprobada por 61 votos a favor (PNV, PSE, PP y CCOO), 8 votos en contra (EH Bildu, ELA y LAB), una abstención (PSE) y un consejero que no votó. La abstención del miembro del PSE fue «en conciencia», como explicó.

Sin embargo, esa tranquilidad no se visualizó tras la larga fila de ertzainas que custodiaron la puerta de acceso a la sala de BBK en Gran Vía. Por primera vez en más de quince años, la dirección de BBK impidió a los medios de comunicación estar presentes en el debate de la asamblea más trascendente de toda su historia, ya que las entidades que dieron origen a BBK en 1990 se constituyeron en 1907 y 1921. Pero tampoco se respiró sosiego en la calle, porque la mayoría sindical y social, junto a EH Bildu, se opuso a que se produjera «este robo con alevosía –como dijeron a la entrada de la reunión– a la sociedad vizcaina».

Al inicio, los diferentes grupos pretendieron entrar en el recinto, pero la Ertzaintza intervino de manera directa para impedir que quienes rechazaban esa conversión pudieran entrar. Hubo forcejeos y algunos porrazos, que no impidieron que durante más de  de una hora y media se lanzaran gritos en contra de la privatización y a favor de que las cajas vascas mantuvieran su control democrático, público y social.

Arantza Urkaregi, representante de EH Bildu en la asamblea, salió de la reunión indicando que «se ha adoptado una decisión muy grave. Se ha convertido la caja BBK en una fundación bancaria privada. Desaparece el control público y social». Como explicó, «ha quedado claro que había tiempo para tomar otra decisión ante la exigencia que habíamos planteado para que se pudiera negociar una salida. Nos han respondido que llegamos tarde y que hemos estado en la pancarta», dijo Urkaregi.

«No es de todas y todos»

Por lo que puntualizó que «en EH Bildu hemos tenido noticia hace 18 días cuando llegó la convocatoria de la asamblea. Si se han reunido al margen, no lo sabemos. El presidente de BBK, Xabier Sagredo, nos ha dicho que «quiere que sea de todas y todos, pero para eso hay que contar con todos, pero no se ha querido. Es evidente», dijo la portavoz de EH Bildu en la asamblea. También descalificó el argumento manido de que «la ley obliga», porque añadió que «aunque fuese así, en los estatutos se hubieran podido incluir otros elementos de control y elegir de otra manera al patronato», entre otros ejemplos.

Por eso, EH Bildu certificó que «esta fundación bancaria no estará controlada por organismos públicos y sociales; no es de todas y todos».

Por su parte, José Pérez, de BBK Aurrera Nacionalistas Vascos, dijo que la transformación se realizó «de forma modélica, transparente y ejemplar», aunque no se pudo comprobar al cerrar la puerta a los medios de comunicación. Dijo que «se defienden los intereses de todos y de la obra social» y rechazó las críticas de EH Bildu. «Cinco días antes de celebrar la asamblea general ordinaria, pues algunos han decidido de repente que es imperativo legal, han exigido atrasar, cuando se ha negociado. Es un acuerdo entre diferentes y con un respaldo del 86%», indicó el representante del PNV.

Bea Martxueta, responsable del área Social de LAB, manifestó al inicio de la asamblea que  «supone un expolio. Hemos criticado las formas y el fondo, mostramos el rechazo a la liquidación y privatización. Creemos que las cosas se pueden hacer de otra manera. No hay ninguna razón social, ni política ni económica para hacer lo que se está haciendo y seguiremos protestando. No acaba aquí, porque apostamos por un sistema financiero vasco».

Para Mikel Noval, responsable de Política Social de ELA, «la decisión es muy grave como es la desaparición de las asambleas. Las cajas BBK y Vital se convertirán en fundación bancaria, donde tomarán decisiones quince  personas de PNV, PSE, PP y CCOO». Añadió que «nos parece que es muy grave y,  a la vez, decisivo para dar entrada al capital  privado, como algunos que han tomado ese acuerdo lo han reconocido abiertamente». El representante de ELA añadió que «es mentira que sea obligatorio que hoy se tenga que adoptar esa conversión de caja en fundación en BBK y Vital. Si así fuese, sería también en Kutxa, pero nadie lo ha planteado. Es una decisión política para facilitar la entrada de capital privado».

Anticipó que trabajarán para conseguir que el 100% de Kutxabank sea público y «no entre ni un 1% de capital privado».

«No cambiará el ADN»

Por último, Xabier Sagredo, último presidente de BBK, dijo que la fundación «permite garantizar y reforzar nuestra actuación en todos los ámbitos: el financiero, el empresarial y el social». Aunque sabe que no es cierto, añadió que «cambiará de nombre, pero no cambiará su ADN. Seguiremos siendo un importante agente de la calidad de vida y del bienestar del conjunto de la sociedad».

La fundación BBK nace con un patrimonio neto de 2.774 millones, una dotación fundacional de 1,14 millones de acciones en Kutxabank, cuyo valor nominal es de 1.030 euros por acción, según informó ayer.

Bilbao acusa a Ekai Center de ser el ideólogo contra las fundaciones

El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, atribuyó ayer a Ekai Center una «buena parte del argumentario» contra el proceso de conversión de las cajas en fundaciones, y llegó a acusar a esta entidad de ser el «soporte intelectual de la izquierda abertzale» en este tema por publicar sus artículos en este diario.

En una entrevista radiofónica, llegó a insinuar también que la postura de Ekai Center se debe a que «está en el entorno de las cooperativas de Mondragon» y de su entidad de crédito, Laboral Kutxa, por lo que son «competencia» directa de Kutxabank.

Ante estas declaraciones, Ekai Center emitió un comunicado en el que asegura que su posicionamiento sobre el proceso de las cajas «obedece a nuestra opinión sobre sus dramáticas consecuencias» y a su «compromiso con el futuro económico de este país».
Puntualiza asimismo que, aunque tiene su sede en Arrasate, «no tiene ningún vínculo con Mondragon ni con Laboral Kutxa». Precisamente, esta entidad negó haber intervenido en el proceso de BBK, Vital y Kutxa, y aseguró que la consideración hacia Kutxabank «no es la de competidor», sino «más bien lo contrario», ya que ve necesaria su colaboración para hacer frente a la crisis económica. J.S.