Joseba VIVANCO
Octavos de final | Los dos equipos se vaciaron con prórroga incluida

Y al final siempre gana Alemania

Argelia puso contra las cuerdas a su rival pero esta vez no pudo repetir historia.

ALEMANIA 2

ARGELIA 1

«Una pregunta más sobre el Ramadán y me voy», amenazó el técnico bosnio Vahid Halilhodzic en la rueda de prensa previa al encuentro de ayer. Argelia solo tiene hambre de victoria, quiso dejar claro. 32 años después, los Fennecs volvían a verse cara a cara con Alemania. Aquel 25 de junio de 1982, al más veterano de la actual selección argelina, Madjid Bougherra, le faltaban cuatro meses para nacer. Pero en el recuerdo colectivo de todo el país pervive aquel día, y la actual Argelia quería hacer historia en este Mundial de las emociones. «Esta hazaña es un orgullo para Argelia y el mundo árabe», palabras de Lakhdar Belloumi, uno de aquellos viejos héroes del Mundial'82.

Enfrente, Alemania. La temible Alemania. Una selección que ha jugado 888 partidos y solo hay un rival al que se haya enfrentado en más de una ocasión y con el que haya perdido siempre: Argelia. «Con mis compañeros de 1982, podría volver a ganarles», retó en la previa el gran Rabah Madjer. Joachin Löw puso en liza una Mannschaft al más puro estilo `guardiolano' y no solo porque siete del Bayern salieran en el once inicial, sino porque en la primera fase del Mundial, de 1.792 pases dados, el 85% fueron buenos, más que el mejor momento del `tiki-taka' espanol. Una estadística que los germanos se encargaron de echar por tierra en una primera mitad en la que en casi ningún momento pudieron con su rival africano, bien posicionado atrás, taponando las bandas, sin espacios por dentro, con una elevada presión en la medular sobre los alemanes y arriba un par de `zorros del desierto' como Feghouli y Slimani buscando premio en la madriguera de Neuer.

Posesión e iniciativa alemana, pero totalmente estériles, casi con más pases hacia atrás que en dirección al marco africano. Desaparecido Götze, intermitente Özil, perdido Kroos, la línea de tres cuartos alemana se le atragantaba a los de Löw. Como a Schweinsteiger y Lahm. Esfuerzo titánico el de los argelinos, aguardando su oportunidad, que las tuvo y buenas, un par de veces ante un `Beckenbauer' Neüer que demostró ser más rápido que su lenta pareja de centrales. Un dato: el arquero del Bayern dio más pases en esta mitad de partido (24) que su compañero Thomas Müller (20).

Encuentro que despertó al final y se volvió trepidante para finiquitar la primera mitad con Alemania encerrando al once magrebí y obligando a un doble paradón al portero argelino, aviso de lo que estaba por venir en la reanudación. Pero al descanso, cuarto partido consecutivo de octavos de final que se va 0-0 al medio tiempo, y otro pez chico que se le atraganta al claro favorito. De momento.

Trepidante la segunda mitad

Arrancó la segunda mitad y a los dos minutos Neüer la había tocado ya tres veces con el pie. Así que tuvo que ser el recién entrado Schürrle -`Churle', para Kiko Narváez- el que la tuvo en sus botas, y el lateral Mustafi el que casi adelanta a Alemania a renglón seguido. El preámbulo del correcalles en el que entraba el choque, con Neuer haciendo de quaterback, Argelia contragolpeando con cuatro, cada cual con su idea de partido... ¡Chutazo de Lahm desde la frontal y otro héroe mundialista bajo palos, de nombre M´Bolhi! Juega en el CSKA búlgaro.

Alemania decidida a ir a por la victoria dentro de los 90 minutos, Argelia saliendo a la contra con aviesas intenciones. Alemania poniendo balones al área desde el minuto 60, Argelia sacándolos como zorro panza arriba. Ocho de los últimos nueve goles encajados por los argelinos en un Mundial han llegado durante la segunda mitad del encuentro. ¿Aguantaría con media hora por delante? Los Feghouli, Slimani y compañían parecían creérselo en el tramo decisivo, Schweinsteiger cruzaba en exceso, Müller la tenía en su cabeza y M´Bolhi se sacaba otro paradón -10 disparos, 10 despejes-, Khedira la tiraba fuera por poco... Locura final.

La moneda en el aire. Alemania estaba viva, Argelia estaba viva. Lo que nadie se esperaba era la jugada del chepas en la frontal argelina, con Müller escurriéndose por los suelos al saque de una falta y a Joachim Löw llevándosele los demonios en la banda. ¡Qué final! El `líbero' Neüer salvando otra vez la cara a sus desaparecidos centrales y cortando un peligroso balón largo, su homólogo argelino atajando otro testarazo con marchamo de gol. Jugadores entregados al límite. Como en casi todo el Mundial. El Mundial de las emociones. Del colectivo. Un descuento interminable, impredecible. Ambos buscando el gol hasta el pitido. ¡Lahm la tuvo en el último suspiro! Ni por esas.

Mejoró Alemania con Lahm de lateral y Khedira y Schweinsteiger de doble pivote, sacó Argelia fuerzas en pleno Ramadán como para llevarse el duelo, pero ambos se fueron a la prórroga. Otra más. Sin tiempo casi para resetear, a los dos minutos Schürrle abrió la lata de tacón a pase de un crecido y espectacular Müller. Y Argelia se quedó tocada moralmente. Rota físicamente. Como los gemelos del titán defensivo Halliche. De ahí al final, un rosario de calambres, un flojo Ózil que apuntilla en el minuto 119, Djbou que acorta en el 120 y el reloj que no da para más. ¡Qué final! Alemania en cuartos. Heróica Argelia. Brutal.