Ainara Lertxundi
Kazetaria
TXOKOTIK

Pantalones contra las violaciones

Las denuncias por violación en India aumentaron en 2013 un 35% con respecto a 2012, mientras que los crímenes contra la mujer crecieron un 26%, según datos de la Agencia Nacional de Registro de Crímenes (NCRB). Del total de víctimas, 13.304 eran menores de edad y 1.584 de ellas niñas que no llegaban a los 10 años.

La salvaje violación en grupo y posterior agonía y muerte de una joven universitaria en diciembre de 2012 contribuyó a visibilizar el drama de la violación y a generar cierta conciencia. Conmocionadas por aquel crimen que ocupó titulares en medio mundo, Diksha Pathak, de 21 años, y Anjali Srivastava, de 23, han diseñado un pantalón antiviolación que incluye un dispositivo electrónico que envía una alerta a la comisaría de Policía más cercana en caso de ser activado por la portadora.

Una idea innovadora y que tal vez pueda contribuir a disminuir estas escalofriantes e indignantes estadísticas. Pero para erradicar esta lacra de la sociedad es imprescindible ir más allá con políticas de prevención, de respeto, de igualdad -no solo de género sino también a nivel social con la eliminación efectiva del sistema de castas aún tan arraigado en la sociedad- y con una educación sexual que no parece contemplar el nuevo Gobierno del hinduista Narendra Modi.

Su ministro de Salud, Harsh Vardhan, ha defendido la prohibición de «la llamada educación sexual» en los centros escolares y priorizar «la fidelidad dentro del matrimonio» frente al uso de los preservativos. Defiende reforzar la enseñanza de la cultura tradicional india, en especial, «el patriotismo, la conciencia social y la espiritualidad».

Tales declaraciones han generado rechazo, principalmente en las redes sociales, al igual que lo hicieron a principios de junio las del ministro del Interior del estado de Madhya Pradesh, Babulal Gaur, quien afirmó que si bien la violación es un crimen, «a veces es correcto, otras equivocado».

Según los expertos, en India solo se denuncian una de cada diez violaciones dada la inactividad de la Policía y para evitar el estigma social que este hecho supone.