Mikel Jauregi
Kazetaria
TXOKOTIK

Froilán, el incomprendido

Fue, en mi modesta opinión, la imagen (con mayúsculas) del pasado 19 de junio, la jornada en que proclamaron nuevo rey español a Felipe de Borbón: su sobrino Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, más conocido como Froilán a secas y el cuarto en la línea de sucesión al trono, con rostro compungido y apoyado en uno de los ventanales del Palacio Real hablando por el teléfono móvil. La fotografía dio paso a innumerables comentarios, más o menos jocosos, tanto en los medios convencionales como en las redes sociales. Lógico: el personaje y los actos que ha protagonizado en sus escasos quince años de vida (cumple dieciséis en apenas dos semanas) daban pie a ello.

Ahora contamos con nuevos datos que parecen descartar que estuviera contratando los servicios del Equipo A para que le sacaran de aquel infierno. La noticia de sus pobres (siendo generosos) calificaciones en 2º de la ESO (curso que ha suspendido por segundo año) ha provocado un giro en las interpretaciones de lo que creímos ver en la foto de la agencia Efe y nos pone sobre la pista de una simple conversación telefónica con algún (o alguna) coleguilla. Una llamada de auxilio, sí, pero al estilo de: «Joder tío (o tía), me la he vuelto a cargar. ¿Y ahora cómo lo hago para que no me suelten una colleja?».

Pues se la han soltado, porque el chaval, capaz de aprobar solo inglés y gimnasia, ha sido matriculado para este mes de julio en un internado religioso con el objetivo de que mejore su expediente académico. Y el pobre, un incomprendido, ya ha viajado para allá... con una docena de escoltas.

Ya me perdonarán, pero me solidarizo con Froilán. Es el único al que salvo del clan. Veo en él a un verso suelto. Será golfete, y vaguete, y malencarado, y todo lo que ustedes quieran, pero si me dieran a elegir de entre los Borbones, y sus respectivos y respectivas, para rodar un documental biográfico sin censura, optaría por él (su padre sería mejor candidato, para ya ni siquiera figura junto a su exfamilia política en el museo de cera). De hecho, ¿se imaginan que, por obra y gracia del destino, llegara al trono? Menudas risas echaríamos, ¿eh?