RAIMUNDO FITERO
DE REOJO

En racha


Los jugadores somos supersticiosos y creemos en la suerte que da una patita de conejo, el color de una ropa interior o en las rachas. Las hay buenas y malas. Y mediocres, que son las más abundantes. Estamos en una racha extraña: solo encontramos inspiración en las chorradas colaterales. Quizá por saturación de las troncales. El fútbol sigue siendo la estrella con audiencias masivas y proporcionando materia de conversación en barras, talleres y colas de entrada a los teatros. El oráculo de la política estatal es siempre titular por acción u omisión. Entre los cálculos electorales de la extrema derecha está el provocar un corrimiento de tierras hacia la izquierda para que ellos sin apenas moverse sean transmigrados al centro soñado. Al ultra centrismo tan olvidado. Y la aparición de Pablo Iglesias y sus compañeros, les viene estratégicamente perfecto. Aunque son tan idiotas que acabarán donde suelen: enganchados al BOE.

Así que la vida televisiva transcurre entre tormentas, granizos y previsiones económicas gubernamentales producto del consumo de sicotrópicos, de esos que hacen alucinar y ver salidas de la crisis por detrás del espejo de la realidad. Y confieso un descubrimiento patético: en Portugal, el gobierno tiene el discurso exactamente calcado al de Soraya y los de la raya. Por lo que uno sospecha que se trata de consignas de la troika o de que se copian los malos estudiantes los deberes y le salen los mismos monstruos estadísticos.

Por eso nos fijamos en fenómenos de la comunicación global. Esos vídeos que te descubren a seres prodigiosos capaces de hacer, por ejemplo, las voces de decenas de celebridades del cine, la canción o cualquier otro gremio. El último se llama Rob Cantor, se supone que el apellido es un seudónimo, y es fantástico verle como imita las voces de Frank Sinatra o Shakira, así hasta veintinueve personajes. Y lo hace con una aparente facilidad que a uno le entran las dudas de si estamos ante un truco o ante un individuo dotado con un don. Es fantástico. Visionarlo en las redes da un extraño placer. ¿Quién habla cuando habla alguien conocido? La suplantación de las voces como arma de guerra tibia. En racha.