Kittel no tiene rival en el sprint
Sagan, segundo, ni intentó salir de su estela en una llegada que el Giant preparó a la perfección tras hacerle otros el trabajo previo.

Marcel Kittel logró su segunda victoria en las tres etapas del Tour en Inglaterra tras demostrar en la meta de Londres que no tiene rival en el sprint. Además el Giant se aprovechó del trabajo de los demás equipos para llegar entero a los últimos kilómetros y lanzar en el sprint al alemán sin que Peter Sagan, que había cogido la rueda, se decidiera a salir de su estela para asegurarse el segundo puesto y reforzar el maillot verde.
El amarillo sigue sobre las espaldas de Vincenzo Nibali porque todos los favoritos entraron en el primer grupo que se disputó la victoria en un sprint limpio que dejó claro quién es el más fuerte en este terreno.
Kittel ganó en la pasada edición cuatro etapas, en el Giro las dos que disputó en Irlanda antes de retirarse y ya lleva dos en el Tour con una superioridad que debe hacer replantearse las cosas a otros equipos.
Sobre todo al Lotto, que es el equipo que más ha trabajado para su sprinter en las carreteras inglesas sin que Greipel haya respondido a esa confianza. En la primera etapa tuvo que pararse por la caída provocada por Cavendish, pero ayer fue el 23º y ni entró en la pelea por los puestos de honor a pesar de que sus compañeros intentaron colocarle después de trabajar durante toda la etapa... para la victoria de Marcel Kittel.
Porque Giant, como hizo en las dos etapas del Giro de Irlanda, quiso aprovecharse del trabajo de otros equipos, ayudado por la falta de combatividad del pelotón. Solo dos invitados, Bretagne y NetApp, quisieron entrar en la escapada de la jornada. Bideau y Barta aceleraron nada más darse la salida y no necesitaron ni de un calentón para consolidar su tentativa. Nadie quería acompañarles y ningún equipo discutió su fuga.
Todo lo contrario. Los conjuntos de los sprinters la aceptaron encantados porque es muy difícil que dos hombres puedan impedir el sprint en una etapa llana. Les dejaron coger cuatro minutos en veinte kilómetros y a partir de ahí Lotto y Giant pusieron a un corredor en cabeza de pelotón para que la ventaja no creciera demasiado.
Sin gastar energías
Ni se esforzaron en el pelotón por atrapar pronto a la escapada perfecta ni los fugados apretaron. Todos se limitaron a rodar sin desgastar energías hasta que el pelotón se acercó a un minuto en el sprint intermedio en el que Coquard pasó tercero por delante de Sagan, que cada día es más líder de la clasificación del maillot verde.
Fue entonces cuando Barta, campeón checo de contrarreloj las tres últimas temporadas, empezó su crono a 40 kilómetros de meta. Mientras Bideau apenas podía darle un relevo en condiciones, el checo demostró sus dotes de rodador y amplió su ventaja por encima de los dos minutos cuando se entraba en los últimos veinte kilómetros.
Giant dejó a Lotto que asumiera la responsabilidad de anular la fuga y apenas colocó a un corredor para colaborar. Además tuvo la ayuda de los equipos de los hombres fuertes de la carrera, especialmente Astana y Tinkoff, que se pusieron en cabeza del pelotón cuando empezó a llover para reducir el riesgo de caídas.
Todos esos movimientos en la cabeza del gran grupo provocaron que la desventaja se redujera paulatinamente a pesar de la exhibición de Barta, que tuvo la desgracia de que no encontró un buen compañero de fuga. Tenía que frenar para no descolgarlo y cuando le daba un relevo apenas le servía para quitarse el viento. Al final se encontró solo en cabeza de carrera hasta que fue neutralizado a seis de meta.
Entonces comenzaron a aparecer los equipos que preparaban el sprint para rivalizar con el Tinkoff, que entró con Contador en segunda plaza del pelotón hasta que todos se relajaron al pasar la pancarta de los tres kilómetros para meta. Omega quiso buscar un plan B en Renshaw tras la retirada de Cavendish, pero entonces apareció el Giant casi al completó para preparar el sprint a Kittel con lanzadores de lujo como Degenkolb y Veelers, que le dejaron en cabeza a 300 metros para la meta. Cuando el alemán vio su distancia se lanzó a la victoria y ganó con comodidad por delante de Sagan, Renshaw y Coquard.
Tras la etapa los corredores se desplazaron a Normandía, donde hoy se disputará la cuarta etapa entre Le Touquet-París-Plage y Lille Métropole con otro previsible sprint y las mentes puestas en el pavés de mañana.
Los Schleck perdieron otro minuto
Apenas 84 corredores entraron en el primer grupo, que se cortó en los últimos kilómetros, en los que la lluvia quiso hacer acto de presencia para situar a Londres en su escenario habitual. Entre los que llegaron a algo más de un minuto destacó la presencia de los hermanos Schleck. Andy se fue al suelo en unas circunstancias que llevaron a pensar que la caída fue provocada por un aficionado que quiso sacar una fotografía y golpeó a un corredor del Sky, que lo derribó, pero el luxemburgués negó que su caída estuviera relacionada con eso.
Junto a los Schleck entraron corredores que han tenido buenas actuaciones en grandes vueltas como Kruijswijk, Konig, Navarro, Rolland, De Clerq, Gadret, Scarponi y Taaramae. Spilak llegó a dos minutos, como Beñat Intxausti y Voeckler y Joaquim Rodríguez, que siguió en su línea de ocupar las últimas posiciones del pelotón para evitar caídas. A pesar de los millones de aficionados que vieron la etapa de ayer y de la lluvia no se registró ninguna importante y siguen en carrera todos los corredores que iniciaron el Tour menos Cavendish y Modolo. Joseba ITURRIA

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