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Miles de palestinos intentan buscar un inseguro refugio en Gaza

Aunque saben que no hay refugio seguro ante los ataques de Israel que han provocado al menos 166 muertos -tres de cada cuatro, civiles- más de 17.000 palestinos han abandonado sus casas aterrorizados por la amenaza del Ejército israelí de bombardeos aún más intensos. Buscan protección en colegios de la ONU que Israel ya bombardeó en 2008. Fuentes médicas denunciaron además el uso de armas ilegales.

Más de 17.000 palestinos han huido de sus casas y se han refugiado en instalaciones de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ante la amenaza de una escalada de la ofensiva militar israelí sobre Gaza. Encerrados en la Franja y conscientes de que ni en viviendas, ni hospitales están a salvo tratan de buscar refugio en las instalaciones de la ONU. Pero los precedentes tampoco les aseguran sobrevivir. Un portavoz de la UNRWA, Chris Gunness, pidió evitar «repetir el conflicto de 2008-2009, cuando las instalaciones de la UNRWA fueron atacadas y murieron civiles que se habían refugiado en ellas». «La situación en Gaza continua devastadora e impredecible», añadió.

Desde el inicio de la ofensiva, el pasado martes, han muerto 166palestinos según fuentes sanitarias. El 77% de ellos son civiles. Además, hay más de 1.100 heridos mientras escasean los medicamentos e incluso el agua. Cientos de casas han sido destruidas

La presencia de aviones, helicópteros y drones en el cielo y el sonido de explosiones y ambulancias es continuo. Los que no huyen permanecen en sus casas y por las noches apenas pueden dormir temiendo ser el siguiente blanco. Desde la medianoche del sábado, Israel ha lanzado alcanzado más de 1.300 objetivos, que define «terroristas», aunque entre ellos se encuentra un centro de discapacitados, hospitales o tierras de cultivo.

Después de que 45 personas perdieron la vida en la jornada más mortífera de la ofensiva y el Ejército anunciara que bombardearía con intensidad el norte de la Franja, hombres, ancianos, mujeres y niños se subieron a primera hora de la mañana a cualquier vehículo posible, dejando atrás sus hogares.

Armas prohibidas

«Abandonad las casas, serán bombardeadas», amenazó el Ejército israelí en miles de octavillas. Utilizando burros, tractores, camiones o carros, intentaron llegar a una de las ocho escuelas que la UNRWA habilitó para acoger al flujo de desplazados. Allí buscaban entre sillas y pupitres un rincón para instalar un pequeño campamento con ropa, alimentos e infiernillos para cocinar, cansados por el calor y el ayuno del Ramadán, con la esperanza de poder descansar una noche a salvo después de casi una semana bajo las bombas. El flujo se vio impulsado por el ataque contra la casa de un funcionario de la Policía con 21 muertos de una misma familia. «Es mentira, aquí no había nada relacionado con la resistencia. Era un simple policía», explicaba Ahmad, un joven que vivía en un edificio aledaño.

El director general del Ministerio de Sanidad palestino. Yusef Abu Rish, denunció que el Ejército israelí emplea armas prohibidas por convenios internacionales y que el personal médico han encontrado en los cuerpos de fallecidos o heridos consecuencias de «armas similares a las armas de destrucción masivas ilegales bajo el derecho internacional». Mientras, Israel afirmó que aumentará sus bombardeos y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, señaló que «no sabemos cuando terminará, quizá lleve aún tiempo». Además, llegó a culpar a Hamas de las víctimas civiles que provocan sus ataques.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, demandó al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon «poner oficialmente al Estado de Palestina bajo el sistema de protección internacional» de Naciones Unidas.

Solidaridad y denuncia del silencio cómplice de Europa

Las movilizaciones de solidaridad con Palestina se han multiplicado durante el fin de semana por todo el mundo -Chile, Irlanda, EEUU, Estado francés...- En Euskal Herria también hubo varias concentraciones y en un acto en Bilbo EH Bildu reclamó acabar con el apartheid contra el pueblo palestino. La responsable de Relaciones Internacionales de Sortu, Maite Ubiria, advirtió de que lo que sucede en Palestina «no es una guerra sino un castigo colectivo de Israel contra la población». En el mismo, el representante del Frente Democrático de Liberación Palestina (FDLP), Yasim Kassen, denunció la vergüenza de los estados europeos que mantienen un silencio cómplice a la vez que «venden armas, entrenan policías y mantiene el estado anexionista y asesino». P.R.A.