Raimundo Fitero
DE REOJO

Aprendiendo


Siempre se puede aprender algo si pasas un rato frente al electrodoméstico esencial. Por ejemplo que existen mamíferos marsupiales y placenteros. Y que en Australia no hay placenteros, porque triunfaron en la lucha de supervivencia de las especies los marsupiales. Y que en otras partes del globo, hay más placenteros porque les fueron quitando espacio a los marsupiales. Estos asuntos son importantes y solucionan una conversación de terraza con estas temperaturas. Quedas muy bien aclarando a tus tertulianos improvisados estos asuntos, especialmente si lo explicas con convencimiento y algo de pasión. Siempre que no te pregunten algo más ni hagas comparaciones.

Es más difícil sacar conclusiones sobre la vida de los mamíferos, atendiendo solamente a las secuelas de la Copa del Mundo o a las revisiones de cuerpos gloriosos de famosos en general. La televisión ha entrado, definitivamente, en modo verano, que consiste en dejarse llevar por los acontecimientos, en hablar de las mamadas a cambio de barra libre en Magaluf, de los fichajes y transacciones escandalosas por las cantidades puestas en juego en el mercado del fútbol y dejando que asuntos como el genocidio en Gaza pasen como un respingo. Además tenemos ola de calor y nos hierve la sangre con las reiteraciones costumbristas de los datos, amén de las graves faltas de ortografía en los textos que acompañan las noticias titulares.

Por mucho que se insista, los editores de las noticias veraniegas de la inmensa mayoría de los canales, sean del programa que sea, siempre encuentran los planos de las playas en donde se ven más muestras de señoritas con partes determinantes de su evolución al descubierto. Es casi una fatalidad. Lo mismo que es un escándalo que las jugadoras de balonmano en la playa deban reivindicar el uso de vestuario cómodo para practicar deporte y no el reglamentado federativamente, que es casi como «jugar en braguitas», asunto que se convierte en tradición en el voleiplaya femenino, realmente machista en su indumentaria y, sobre todo, en los enfoques de las cámaras para mostrarnos los momentos más comprometidos. Los varones también lucen cuerpos labrados. La erótica del deporte.