Aritz INTXUSTA

La gestora del PP navarro cree que el «no» de UPN a un acuerdo es prematuro

El PPN comienza a reestructurarse tras la dimisión de Enrique Martín, que dejó el cargo acusando a sus compañeros de desear una derrota electoral de UPN y un gobierno abertzale en Nafarroa para que el partido coja aire. La nueva gestora desmiente con rotundidad ese extremo y mantiene la mano tendida a un pacto electoral con Barcina, por miedo a que el voto útil y su mala imagen les deje fuera. UPN dice que no quiere pacto, pero el PP no se lo cree.

El europarlamentario Pablo Zalba, elegido por Génova para liderar la gestora que trata de recomponer el PP en Nafarroa tras la marcha repentina de Enrique Martín, convocó ayer a los medios para intentar trasladar que la normalidad ha regresado al partido. De momento, la gestora tan solo se ha constituido y la primera reunión de trabajo será este viernes. Sin embargo, la prioridad parece clara: el PP quiere reeditar el acuerdo para ir a las elecciones de mayo en Navarra en coalición con UPN.

Zalba no aceptó ayer la negativa tajante que les han dado Yolanda Barcina y los suyos. Cree que ha sido una respuesta «prematura» y se aventuró a decir que pudiera estar motivada «en problemas internos» que tienen dentro de UPN. También señaló que él tiene la «sensación» de que UPN no quiso decir lo que dijo. Por el momento, lo único que tienen definido en la sede del PP es que van a solicitar una reunión con Yolanda Barcina y otra con Roberto Jiménez (cuyo reciente nombramiento como miembro del Comité Ejecutivo de Ferraz parece haber estirado un poco más su vida política, que muchos veían ya más que amortizada). La omisión de contactos con Izquierda-Ezkerra. Geroa Bai o EH Bildu, dibuja desde ya a una división en dos bloques que se disputarán el próximo gobierno de Nafarroa, a la espera de los resultados que pueda obtener Podemos.

En principio, juega en favor de una coalición UPN-PP la posibilidad real de una mayoría abertzale y de izquierdas como se apuntaba en las europeas y las últimas encuestas que apuntaban casi a un empate técnico. Sin embargo, pesa mucho también la inestabilidad que genera al Gobierno navarro tener como aliados a los dos partidos del turnismo en Madrid, una tensión que ya hizo caer el primer gobierno de coalición esta misma legislatura. Por el momento, el líder de la gestora hubo de reconocer que su contacto con Barcina desde que comenzó la última crisis se ha limitado a «mensajes de cortesía».

Ausencias en la gestora

Zalba reiteró en varias ocasiones que el objetivo de su formación es evitar que en Nafarroa gobiernen los nacionalistas y que los movimientos que den en los próximos meses estarán destinados a lograr esta meta. El líder de la gestora responde así a las acusaciones vertidas por el presidente dimisionario, que acusó a sus compañeros de partido de preferir que UPN pierda el Gobierno navarro para evitar que el PP acabe siendo una fuerza residual en el herrialde. Actualmente, el PP tiene cuatro parlamentarios, pero con el escándalo de su primer presidente (Santiago Cervera), la marcha de su sucesor, el desgaste del Gobierno de Mariano Rajoy y el posible efecto del «voto útil», muchos ven un riesgo considerable de quedarse fuera de la Cámara.

Esta lectura es, precisamente, la que está obligando a esta gestora a priorizar ese acuerdo con UPN por encima incluso de la elección de un nuevo presidente para la formación que acabe con la sensación de interinidad. Esta inestabilidad se ve agravada después de que el senador José Ignacio Palacios, uno de los pocos históricos (proviene de Alianza Popular) que le quedan al partido tras convertirse en la la parte minoritaria de la escisión de UPN, rechazara entrar en la gestora de Zalba.

El otro nombre propio que rechazó entrar en la gestora es el parlamentario Eloy Villanueva, mano derecha de Enrique Martín y a quien se tenía por el líder en la sombra del partido y muñidor del éxito de Martín frente a la favorita de Santiago Cervera, Ana Beltrán, cuando todavía Cervera no había caído en desgracia por el estrambótico episodio de un presunto chantaje.

Preguntado por el proceso de renovación de líderes y sobre los preparativos preelectorales que el PP en Nafarroa deberá emprender en breve, Zalba no quiso dar fechas ni adelantar nada, emplazando a los periodistas a la reunión de este viernes. El europarlamenario prometió una «regeneración democrática» dentro del partido y volvió a insistir en que lo importante es que «el independentismo no sea una opción de gobierno en Navarra» y garantizar que sus pasos hasta elecciones estarán dirigidos a «frenarlo».

La derecha espera a Cadreita para organizar las elecciones

Aunque esta ha sido una de las legislaturas más turbulentas que se recuerdan en Nafarroa, el liderazgo que ejerce Yolanda Barcina en la derecha navarra es casi total. La presidenta ha acabado con todos sus adversarios políticos, pese a que persistan camarillas que conspiran contra ella, inspiradas por Miguel Sanz. La presencia de Roberto Jiménez en la Ejecutiva de Ferraz ha supuesto una zancadilla para Barcina, puesto que a Jiménez y Sanz les une una fuerte amistad. Pero a Barcina le sobran avales. El secretario general de UPN, Óscar Arizcuren, salió este fin de semana en defensa de que Barcina sea la candidata. «En estos momentos no contemplo otra posibilidad que no sea esa», señaló Arizcuren, que opina que Barcina debe de dar el paso cuanto antes. Según acostumbra UPN, la fecha para conocer si finalmente Barcina será la candidata o se conformará con dirigir los hilos del partido desde fuera será la apertura del curso político que, todos los años, su formación realiza a primeros de setiembre en Cadreita. En esa misma entrevista, Arizcuren no cerraba la puerta a un pacto con el PP, pero, antes de nada, la derecha espera la decisión de Barcina. A.I.