Imanol INTZIARTE
La final del Super Rugby deja paso al Championship

Guinda de los Waratahs al optimismo australiano

Los de Sidney han logrado su primer título, liderando una brillante temporada para los equipos «aussies».

Un golpe de castigo anotado por Bernard Foley en el último minuto permitió el sábado a los Waratahs de Sidney adjudicarse por vez primera el Super Rugby, derrotando por la mínima (33-32) a los Crusaders de Chrischurch (Nueva Zelanda) ante más de 60.000 espectadores. A la tercera ha sido la vencida para los celestes, que ya habían perdido dos finales (2005 y 2008) ante este mismo rival.

El segunda línea sudafricano Potgieter, el flanker Hooper, el medio melé Phipps, el apertura Foley, los centros Beale y Ashley-Cooper -autor de los dos ensayos de la final- y el zaguero Folau -doce ensayos en la temporada- son los nombres más destacados en las huestes del técnico Michael Cheika, ex de Leinster y Stade Français.

El título del que ha sido mejor equipo -cierra con 14 victorias y 4 derrotas- supone la guinda para una campaña que insufla optimismo al rugby australiano.

Es el cuarto trofeo en 19 ediciones, rompiendo el empate con las franquicias sudafricanas pero muy lejos de los doce que suman los neozelandeses. Solo los Brumbies de Camberra (2001 y 2004) y los Reds de Brisbane (2011) habían logrado antes el título para Australia.

Al gran rendimiento de los Tahs se añade el buen desempeño de los ya mencionados Brumbies -semifinalistas- y de Western Force. Los de Perth, allá en el lejano oeste, han pasado de la 13ª plaza de 2013 a quedarse cerca de los play offs, con nueve victorias y siete derrotas.

Margen de mejora

Con estos mimbres llega Australia al Championship, el torneo cuadrangular con Nueva Zelanda, Sudáfrica y Argentina que arrancará el 16 de agosto. Hace doce meses, los Wallabies solo fueron capaces de imponerse a los sudamericanos, cayendo en el resto de compromisos.

Por ello, la mayor incógnita reside en saber si podrán trasladar a este torneo su éxito en el Super Rugby. Francia ya sufrió en junio el vendaval ofensivo de su dinámica línea de tres cuartos. La tormenta desatada por aquellas dos palizas sigue rugiendo chez les bleus.

La primera piedra de toque será Nueva Zelanda en el ANZ Stadium de Sidney, la casa de los Waratahs. Los All Blacks dominan con mano de hierro el planeta oval y se plantarán en esta jornada inicial con la posibilidad de sumar su victoria consecutiva número 18, algo que ninguna selección ha conseguido hasta la fecha.

Desde la inclusión de Argentina en el Tri-Nations y el nacimiento del Championship, en 2012, Nueva Zelanda se ha impuesto en sus doce partidos, seis por temporada.

Los de negro siguen generando jugadores en su particular vivero, una competitiva conferencia neozelandesa que ha tenido a los Crusaders como subcampeones, con Chiefs -campeones en 2012 y 2013- y Highlanders en cuartos de final; y Hurricanes (Wellington) y Blues (Auckland) muy cerca de las plazas de privilegio.

Todo lo contrario que en Sudáfrica, donde únicamente los Sharks de Durban, eliminados en semifinales, han aguantado el tipo. El resto de franquicias -Bulls, Stormers, Lions y Cheetahs- han cerrado el curso sin pena ni gloria. No hablamos solo de puntos, también de sensaciones.

«Jugadores encorsetados»

Los Springboks se han mostrado hasta la fecha como posible alternativa a la dictadura neozelandesa, si bien en junio estuvieron en un tris de ser sorprendidos por Gales en uno de los dos partidos que disputaron.

El histórico all black Carlos Spencer, ahora entrenador de los Kings de Port Elizabeth -equipo sudafricano que entrará en el Super Rugby en 2016-, levantó una polvareda hace unas semanas cuando criticó el estilo de ese país. Spencer vino a decir que los jugadores sudafricanos viven encorsetados en sus sistemas tácticos. «Hay talento, pero falta libertad para expresarlo», apuntó.

Este repaso-previa termina con la cenicienta Argentina, que espera como agua de mayo la inclusión de su franquicia en la ampliación del Super Rugby, dentro de dos años.

Mientras, dependerá de la migración o no de sus mejores jugadores a Europa. El calendario de la selección y el de los clubes del Viejo Continente es incompatible, y quien paga manda. Un empate en doce partidos es el bagaje de los Pumas en el Championship, y todo apunta a seis nuevas derrotas este año.

Las irlandesas revientan la banca

Irlanda acapara el protagonismo tras dos jornadas de la Copa del Mundo femenina. En su primer choque, el pasado viernes, las del trébol sorprendieron a EEUU por 23 a 17, pero la gran campanada llegó este martes cuando se impusieron a las tetracampeonas y grandes favoritas de Nueva Zelanda (17-14). Irlanda lidera el grupo B y le resta un partido cómodo ante Kazajistán, mientras que para entrar en semifinales -pasa la primera de cada grupo y la mejor segunda- Nueva Zelanda tendrá que derrotar a EEUU y esperar. La tercera jornada se juega este sábado.

En el grupo A, Inglaterra y Canadá se jugarán el primer puesto tras sumar dos victorias ante España y Samoa, mientras que en el C sucede lo mismo con Francia y Australia, líderes con dos triunfos por cero de Sudáfrica y Gales.

Por otro lado, ya se han disputado las semifinales de la repesca para la última plaza del Mundial masculino de 2015. Uruguay y Rusia hicieron valer el factor cancha para imponerse respectivamente a Hong Kong y Zimbabwe. Sudamericanos y europeos jugarán la final a doble partido, en fechas todavía sin determinar. I.I.