Miramar se viste de Mediums, amuletos y el más allá
Que algo no se pueda ver a simple vista no significa que no exista. Esa es la máxima del XXI Salón de Esoterismo y Terapias Naturales que durante estos días reúne en el Palacio Miramar de Donostia a expertos en videncia, tarot, astrología y sanación mediante diversas técnicas y métodos. Nadie sale del recinto sin, al menos, un amuleto.

Hay quien opina que la energía no desaparece, sino que se transforma. Hay quien cree en universos paralelos, en la vida después de la muerte física, en la reencarnación. Hay quien reza a su Dios, sea de la religión que sea. Y hay también quien cree en combinaciones anteriores o que todo lo anteriormente citado, simplemente, no son más que chorradas. Pero lo cierto es que, en algún momento de nuestra existencia, todos hemos necesitado creer en algo. Sea en la alineación de astros o en nuestra capacidad para mejorar.
De esas creencias se nutre el XXI Salón de Esoterismo y Terapias Naturales que, hasta el próximo domingo día 10, reúne en el Palacio Miramar de Donostia una veintena de comerciantes de todo lo esotérico -desde cristales de sanación hasta armonizadores energéticos- hasta una treintena de mediums y/o expertos en videncia, tarot, quirología, regresiones, runas, constelaciones y numerología que pasan consulta en una sala del Palacio. El Salón también cuenta con las conferencias de expertos en varias terapias y métodos, como es el caso de Amelia Rodríguez, riojana experta en la reconexión de Eric Pearl, bio-acupuntura y manoacupuntura coreana, además de instructora del Método Yuen, del que dio un taller de iniciación ayer.
«Yuen es un maestro Shaolin muy reconocido en los EEUU, que trata desde artistas a equipos de rugby. Él ganaba muchos combates y enseñaba a pelear, hasta que un día fue consciente de que cuando estaba frente a su oponente sabía dónde darle para tumbarlo, sentía dónde estaba su debilidad, y se dijo: `Si me sirve para tumbar al oponente, también puedo mejorarlo'. Ahí es donde comenzó el Método Yuen», narró Rodríguez. Este método consiste en conectar con la «línea media» que tiene toda persona -sería el punto que surge de las divisiones delantera-trasera e izquierda-derecha del cuerpo humano; ella lo comparó con el eje de los planetas- y trabajar la energía que en ella fluye para cambiar estados de ánimo, dolencias y demás aspectos negativos que puedan afectar el día a día de la persona. De esta manera se obtendría un equilibrio energético: «Es una técnica muy apropiada para aliviar dolores y tensiones musculares y auriculares, pero también para mejorar el estado emocional y sicológico», aseguró. El camino hacia la armonía y la estabilidad se iniciaría tratando cuerpo, mente y espíritu, y buscando el equilibrio entre estos tres elementos.
En opinión de Rodríguez, las mayores limitaciones del ser humano nacen en la mente. «Si yo creo que no puedo hacer algo, no lo voy a poder hacer. Vivimos autolimitándonos sin cesar y sin saber identificar las emociones; nuestros sentimientos negativos nos afectan, al igual que los positivos como el amor, y también podemos proyectar esos sentimientos. Pasa, por ejemplo, con los miedos: si una madre tiene miedo de que su hijo se caiga y se lo repite sin cesar, al final se caerá», aseguró, y apostilló que, al igual que podemos proyectar nuestros miedos, también podemos proyectar esa energía en otras personas, para ayudarlas a sanar. «Hay que concentrarse en la línea central de la persona, ir a lo que le preocupa, y ayudarle a cambiar lo que es débil».
Mediante este método, Rodríguez cree que puede superarse el cansancio, la fatiga, el miedo o la depresión, y también temas relacionados con terceros como las relaciones tóxicas, pero, sobre todo, «nos ayuda a responsabilizarnos de nuestra vida y superar los pensamientos y todo aquello negativo que nos afecte, para continuar con nuestras vidas».
Minerales de la suerte y amuletos
Mientras Rodríguez avanzaba con su taller, Miramar iba llenándose de gente que curioseaba en los puestos repartidos por las salas del palacio donostiarra. Algunos vendían productos de lo más variopinto: talismanes, barajas de tarot, incienso natural, musicoterapia, cristales de sanación, atrapasueños, láminas de reflexología de manos, pies, cara... Los barceloneses «Esoterismo Nostradamus», por ejemplo, tenían más de 500 barajas de tarot diferentes. «Para aprender suelo aconsejar los básicos, como el Tarot de Marsella, y luego según van aprendiendo eligen su propia baraja. Por intuición o identificación, por lo que uno siente. Es como con el coche: cuando vas a sacarte el carné no te importa el coche, pero cuando tienes experiencia y quieres comprarte uno nuevo, entran en juego otros factores», explicó la dependienta.
Desde la librería de segunda mano «Equilibrio humano» se mostraron contentos con las ventas. Venden libros de temas tan dispares como Feng-Shui, biocultura, budismo tibetano, adivinación, Tai-Chi, medicina natural o alimentación y, preguntados por lo que se lleva la gente, los vendedores madrileños lo tuvieron claro: «Los del apartado `Más allá de la vida', sin duda alguna. Muchos vienen solo a mirar pero la verdad es que se vende bien». Los de «Geoda» también se mostraron contentos: «Lo que más piden son piedras de tipo protector, sobre todo las negros, porque son los que absorben la mala suerte: ágata negra, onix, azabache... y sobre todo turmalina, que es la que se usa aquí por tradición. En el otro lado de la balanza tenemos los que dan buena suerte y, aquí, la gran ganadora es el jade: se usa desde hace más de dos mil años, y se nota que la gente la conoce», aseguró.
Lo natural también tiene cabida en el Salón. Así, en el puesto «Las cosas de Montse» vendían todo lo relacionado con el aloe vera: «Tenemos diferentes geles; el básico para quemaduras y demás, efecto calor para tratar dolencias como la artritis, efecto frío para activar la circulación, frió-calor para las contracturas... También se venden bien las esencias florales y las Flores de Bach, pero sobre todo nos preguntan por productos que les puedan servir para aliviar dolores musculares y de rodilla. Este año se nota que no hay muchos mosquitos, porque por eso también suelen preguntar bastante», puntualizó.
Otros, directamente, esperaban a que se les acercara algún cliente para tratarlos en su propio stand. Ese era el caso de «Fluir Aura», que analiza la persona según el color de su aura (por ejemplo, rojo es igual a activo y vigoroso, azul a sensible y cariñoso, y violeta a intuitivo e idealista), y la chamán Liz Padmademi. «Veo las negatividades que tienen las personas, negatividades causadas por emociones no expresadas, rechazadas o las que se te pegan en tu campo áurico por gente que, por ejemplo, te tiene envidia. Si la negatividad está lejos del cuerpo físico, uno comienza a confundirse, más cerca la emoción se desequilibra y más cerca enfermas. Entonces, el chamán ve todo el desequilibrio que hay y trata de limpiar, para que tú te acuerdes de tu ser interno, de tu alma, de tu espíritu. También se busca que la persona tome conciencia de qué se hizo para causarse ese dolor. Hay mucha gente masoquista que se hace daño a sí misma, también mucha soledad que llega a dañar el corazón». Esa limpieza se puede realizar bien con las manos, bien utilizando ciertos objetos. Liz nos mostró una daga con el filo en zig-zag: «Creamos lazos emocionales y energéticos con otras personas, como los del cordón umbilical, y un chamán corta eso -contó, haciendo el gesto con la daga-. Si es una enfermedad muy dura, la absorvo con el huevo -comentó, a la vez que mostraba una caja de huevos-, pero antes tendría que estar quitando el exceso con las manos o con una flor como vehículo». Preguntada por las preocupaciones de los visitantes, Liz opinó que «la cultura física de los de acá es muy contenida, y esa fuerza se va a algún lado. El chamán quita ese estancamiento. Lo que les pasa aquí es que no hacen el amor. Yo lo que hago es inducir esa pasión».
En una sala aparte están las consultas de videncia, también de lo más diversas: mediumnidad, tarot, astrología, cristales, lecturas de mano, baraja española, numerología... Unas 20-30 mesas en total, con consultas individuales por 35 euros la sesión y con rebaja incluida: 10 euros por preguntar solo sobre un tema en particular (trabajo, amor, pareja...). La responsable de la sala aseguró que muchos de los profesionales vienen desde la primera edición y que para la gente suele ser «toda una experiencia. Muchos se quedan asombrados de lo que se les dice, como dos chicas de Málaga que vinieron ayer por curiosidad y salieron asombradas, encantadas. Normalmente se les suele hacer una tirada general y luego, según lo que se vea, se concreta. También tenemos clientes que vienen todos los años, e incluso quien siempre quiere que la atienda una persona determinada».
Sea cierto o no, la realidad es que lo relacionado con lo oculto atrae. Prueba de ello es el ir y venir de gente constante que durante estos días está viviendo el Palacio Miramar. Pero también es cierto que los objetos como amuletos o las palabras de una medium, al igual que las creencias, tienen el valor que cada uno de nosotros les quiera dar. Ni más ni menos.

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