Joseba VIVANCO
Sorteo de la previa de la Champions League

Una eliminatoria de Champions

Ni Athletic ni Napóles querían que el bombo les emparejara, pero tras el sorteo ambos se muestran ilusionados por ganar el duelo.

Cuentan que una vez un americano, a pesar de los consejos, se decidió a conducir por Nápoles (en dialecto napolitano Napule, en italiano Napoli), lo que logró hasta que llegó a una gran rotonda; debido a la anárquica manera de conducir en la capital de la Campania no era capaz de salir de la rotonda por lo que tras un buen rato dando vueltas a ella, se cansó, paró el coche como pudo y se fue a pie. El Athletic rendirá visita a la histórica ciudad partenopea el próximo 19 de agosto, martes, a las 20.45 (TVE1), con la firme convicción de no enredarse en ninguna rotonda sin salida que le tienda el sabio Rafa Benítez y dar con la señal correcta que le marque su siguiente destino, la fase de grupos de la Liga de Campeones.

Los bilbainos eran el rival que ningún cabeza de serie quería -«no os queríamos ver», le confesaron los italianos al represente bilbaino antes del sorteo-, y el Nápoles era, a tenor de la encuesta hecha vía redes sociales por el club de Ibaigane, la piedra en el camino que casi ningún socio deseaba. Y así las cosas, ahí estaban ayer en Nyon las inefables manos `inocentes' de los señores FIFA Gianni Infantino y Giorgio Marcheti, para revolver las bolitas y emparejar esos dos adversos sentimientos. Athletic-Nápoles, o mejor, Nápoles-Athletic, dado que la ida será a las faldas del Vesubio y la vuelta, el día 27, en el ya completo San Mamés.

El propio presidente rojiblanco, Josu Urrutia, quien compareció minutos más tarde de conocerse el nombre del rival, estuvo acertado cuando se refirió al cruce: «Parece que hablar de previa le quita peso, pero es un partido de Champions, con música de Champions, con entradas de Champions y con toda la consideración de Champions».

Efectivamente, todo una eliminatoria de Champions la que deben encarar este mes los de Ernesto Valverde. No es una previa al uso, ante un equipo europeo de segunda o tercera fila. Será un duelo por todo lo alto, un duelo de Champions. Porque enfrente está el tercer clasificado de la Serie A italiana, en el que un día vistieron su camisola azul cielo jugadores como Omar Sívori, José Altafini, Dino Zoff, Careca, Zola, Cannavaro y el más grande de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, el hijo de Nápoles a la altura de la voz de Caruso o de las carcajadas de Totó o, como escribiera el gran Enric González, «el más reverenciado en el golfo y la costa amalfitana después de San Genaro, el de la sangre licuada».

El SSC Nápoles, el contrapeso a la nobleza futbolística norteña de Juventus, Milan e Inter, apenas sí tiene en sus vitrinas los trofeos que un día le hizo ganar el Pelusa. Pasó sus peores años en 2004, cuando quebró en Segunda y, refundado como Napoli Soccer, fue relegado a Tercera. Después de otra temporada en el infierno, se alcanzó al fin el purgatorio de Segunda y el productor cinematográfico Aurelio de Laurentiis lo reflotó a base de millones, hasta que la llegada de Benítez le ha vuelto a situar en lo más alto del Calcio.

Benítez, el hombre a batir

Hoy despuntan nombres como Higuaín, Hamsik, Mertens, Insigne, Callejón o Albiol, en una plantilla a la que se han incorporado este verano el defensa Koulibaly -del Genk-, el centrocampista Gargano -cedido en el Parma-, el delantero Vargas -llegado del Valencia- y el medio ofensivo español Michu. Un último refuerzo que suena es el del belga del United Fellaini.

Pero, sin duda, el principal peligro radica en su banquillo, en la experiencia del madrileño Rafa Benítez, que esta pretemporada dejó claras sus intenciones sobre qué quiere de su equipo: «Lo que buscamos es que el equipo vaya al ataque y marque goles. Esto no significa jugar al ataque como verdaderos `kamikazes', hay que encontrar el equilibrio justo».

La temporada pasada, los partenopeos anotaron 104 goles en la Serie A, por 39 en contra. En su existosa etapa en el Liverpool, los Reds solían acabar por encima del centenar de dianas cada temporada. En cualquier caso, estamos ante un Nápoles al que le gusta el contragolpe, jugar con espacios, y cuyas principales carencias radican en la organización del juego, en su línea medular de creación.

El propio Benítez habló ayer tras conocer el emparejamiento con los bilbainos y sabedor de la complejidad del reto. «Entre los cinco posibles rivales, seguramente con el Athletic nos ha tocado el sorteo más difícil. Es un equipo que juega un buen fútbol y, en casa, los 50.000 de San Mamés les dan un gran apoyo», asumió, para adelantar que «será un partido bonito, un duelo muy intenso. Sin embargo, el Nápoles está convencido de alcanzar su objetivo».

Difficile para los italianos, difícil para los bilbainos. «Nunca sabes qué resultado te va a servir, pero tenemos que afrontar el primer partido con intención de ganarlo. Todo lo que sea ganar allí es beneficioso, aunque sabemos lo que tenemos enfrente, tanto a nivel colectivo e individual», reconoció el presidente Josu Urrutia. Sin embargo, no renuncia a nada. «Tenemos un partido por el que peleamos el año pasado. Vamos a disfrutarlo, a vivirlo y a pelearlo. Creemos que podemos ganarlo y en ello vamos a poner todas nuestras fuerzas».

¿No superar la previa sería un fracaso? «No -zanjó-. Fracaso no puede ser estar pegándote con los mejores equipos de Europa con esta filosofía». Desde luego, sería una gran decepción, pero caer ante todo un Nápoles no sería ningun fracaso.

8.500 nuevos socios estrenarán el campo

El Athletic estrenará el nuevo estadio ya totalmente completadas sus gradas con la presencia de los 8.517 nuevos socios que se suman a los que ya tenía el club, hasta alcanzar la cifra de 44.117 abonados, los cuales, adelantó el club ayer, no pagarán en esta previa. A esos nuevos, la entidad de Ibaigane espera, como avanzó Josu Urrutia, abrirles las puertas en un entrenamiento del equipo previo a la visita del Nápoles, para que vayan conociendo sus localidades. Así las cosas, si a esos 44.117 socios hay que sumarles las 2.500 entradas que deberán enviar al club italiano, más los compromisos del propio Athletic, se puede calcular que hasta los 53.000 asientos, en torno a 5.000 se pondrían a la venta al público en general para esa previa europea. J.V.