El marchador francés Yohann Diniz fue el nombre propio más notorio de la antepenúltima jornada de los Campeonatos de Europa de Atletismo. Aunque se esperaba que los saltadores de altura pudieran atacar el récord mundial de Javier Sotomayor, un día desapacible en Zurich impidió que los 2,45 metros que franqueaba el cubano corrieran peligro de ser destronados. No obstante, Yohann Diniz sí que pulverizó la plusmarca de los 50 kilómetros marcha, después de una actuación escalofriante. Y eso que se entretuvo al final.

El nuevo registro planetario es de 3 horas, 32 minutos y 33 segundos, más de minuto y medio menos que los 3.34:14 que el ruso Denis Nizhegorodov establecía en 2008. Si la lluvia perjudicó las marcas de otras especialidades, el fondista galo no pudo estar más agradecido al chaparrón matutino, un chaparrón que refrescaba el ambiente y espoleaba a los marchadores. Pero Diniz, aunque caminaba como los demás, lo hacía a velocidad supersónica. Solo así se entiende cómo fue reventando por orden de aparición escénica a todos y cada uno de sus adversarios, y también cómo el eslovaco Matej Toth, medalla de plata en la prueba larga de la marcha, cruzara la línea de llegada a casi cuatro minutos.

Diniz sumaba su tercer entorchado europeo consecutivo, después de los oros de 2006 y 2010. Pero, en cualquier caso, el marchador galo reconocería que en su mente pesó más su décima plaza en el Mundial del año pasado. Y es que la prueba se disputó a paso acelerado, un paso que solo el propio Yohann Diniz pudo soportar.

«Empecé teniendo cuidado con todo el mundo, pero me uní a los rusos con ligereza. Me sentía muy fluido, muy cómodo en cada momento, pero aun así me preguntaba si estaría cometiendo algún error, porque estaba repitiendo el esquema del Mundial», recordó, evocando una prueba que se le hizo larga.

Tercera mejor marca de siempre

El salto de altura centraba el mayor interés de las finales vespertinas, pero lo cierto es que fue la final de lanzamiento de martillo femenino la que se llevó la palma. Su ganadora, la polaca Anita Wlodarczyk, enganchó un lanzamiento de 78,76 metros, tercera mejor marca mundial de todos los tiempos. Y su último tiro, ya con el oro asegurado, parecía aún mejor, pero fue nulo por desviado. En el salto de altura, el ucranio Bondarenko se llevó el oro, pero con un 2,35 que supo a poco, ya que la lluvia impidió más alegrías.

Alegrías como las de las finales de 200 metros. La holandesa Dafne Schippers rozó la barrera de los 22 segundos, mientras que el británico Gemili superaba a Lemaitre con 19.98 segundos, mejor marca europea del año. Libania Grenot y Martin Rooney campearon en los 400 metros, mientras que el local Kariem Hussein se impuso bajo la lluvia en la final de los 400 metros vallas.

La holandesa Hassan ganó los 1.500 femeninos y el polaco Kszczot los 800 masculinos, tras sendos finales agónicos. Pero para agónica, la final del heptatlón. La holandesa Nadine Broersen necesitaba aventajar en segundo y medio para desbancar a la gala Antoinette Nana Djimou, pero esta aseguró el oro con un larguísimo sprint final.