La etapa fotográfica de Stanley Kubrick
El Museo de Historia de Nueva York ha inaugurado una galería virtual -www.collections.mcny.org- que nos descubre la etapa fotográfica de Stanley Kubrick cuando este trabajó para la revista «Look» a los 17 años. Este catálogo incluye 7.000 imágenes digitalizadas.

La gran iniciativa desarrollada por el Museo de Historia de Nueva York nos permitirá adentrarnos en uno de los episodios menos conocidos del genial autor de obras tan referenciales como «La naranja mecánica». Mucho antes de que se convirtiera en un cineasta de renombre, Stanley Kubrick ya era considerado un niño prodigio en los territorios de la fotografía. En 1945, a la edad de 17 años, comenzó su labor en la revista «Look» y durante cinco años en esta publicación, realizó más de 27.000 fotografías.
Según reveló recientemente la conservadora de la exposición fotográfica «Eyes Wide Open: Stanley Kubrick as Photographer», Lisa Ortner-Kreil, «Kubrick nunca diferenció los medios de la fotografía y el rodaje de películas y siempre se consideró a sí mismo como un desarrollador de imagen. No le importaba si tenía entre las manos una cámara fotográfica o una para rodar películas».
La muerte del presidente Franklin Roosvelt determinó los inicios de la etapa fotográfica del futuro maestro del cine. De camino a la escuela, el precoz Kubrick topó con un anciano vendedor de periódicos rodeado de carteles que anunciaban el fallecimiento del mandatario estadounidense y lo fotografió. Lejos de acudir a clase, regresó a casa para revelar la foto y la llevó a la oficina de «Look» de Manhattan. Esta publicación era considerada como la revista más innovadora de las muchas revistas gráficas lanzadas al mercado para competir con la todopoderosa «Life». La editora gráfica que finalmente vio a Kubrick, Helen O'Brian, advirtió de inmediato la gran calidad de la fotografía que le había mostrado aquel joven que estaba a punto de cumplir diecisiete años. La editora le ofreció 25 dólares por la instantánea del vendedor de periódicos y se sorprendió cuando él le dijo que esperase hasta que se la hubiera enseñado al «New York Daily News». Al cabo de una hora, Kubrick regresó a la redacción de «Look» y le dijo a Helen O'Brian: «Solo me ofrecieron diez, así que puede quedársela». Intrigada por la aptitud que había demostrado este osado estudiante, la editora gráfica de «Look» le pidió que le enseñase más material que pudiera servir para la revista. La fotografía del viejo vendedor de periódicos que anunciaba la muerte de Roosvelt fue publicada en el número del 26 de junio de 1945 para ilustrar un artículo sobre la carrera del difunto presidente y su sucesor, Harry Truman. Tras esta primera piedra de toque, Kubrick comenzó a vender regularmente su material fotográfico a esta publicación. Entre estos primeros trabajos figura una serie de secuencias que captaban a un grupo de motoristas que hacía cola para comprar gasolina racionada y muy pronto se convirtió en un asiduo de la redacción de «Look» que no pasaba desapercibido gracias al estrafalario aspecto que lucía vestido con una camisa de cuadros rojos y azules y unos pantalones de pana naranja. «Siempre andaba a la gresca con los veteranos del personal, que preferían los formatos más grandes -recordó un editor de «Look»-. No les gustaba el grano del objetivo de 35 mm ni el descaro de Stanley al usarlo».
Las tareas que realizó en «Look» iban de lo más banal a lo más excéntrico. El autor de la biografía «Stanley Kubrick», John Baxter, señala que en octubre de 1945, el joven fotógrafo hizo a escondidas una serie de fotos que mostraban a dos chicos mirando un partido de béisbol. En abril de 1946 la revista publicó «A short Short in a Movie Balcony», cuatro fotografías que mostraban una secuencia enmarcada en la sala de un cine y en las que se puede ver a un joven sentado junto a una chica, encendiendo un cigarro, volviéndose hacia ella y siendo abofeteado por algún tipo de (invisible) avance sexual. Según revela Baxter en su libro, el aspecto estudiado de la pareja, sobre todo en la foto de la bofetada, y el fuerte contraste de las fotografías, que no parecía hechas con infrarrojos, dejaban claro que las imágenes habían sido preparadas y hechas con flash. El chico era en realidad un amigo de Kubrick y ella una compañera de clase.
Entre sus primeros trabajos también se incluyen dos series más, una de fotos furtivas de gente en el zoo de Nueva York contemplando un grupo de monos (20 de agosto de 1946) y otra que recoge a unos pacientes que aguardan su turno en la sala de espera de la consulta de un dentista (1 de octubre de 1946). Para muchos expertos, estas imágenes muestran su capacidad técnica creciente, así como su habilidad para captar la esencia del personaje a través de su expresión o posado.
El 5 de agosto del 47 logró que una de sus instantáneas engalanara la portada de «Look», era la imagen de un niño sorprendido por el chorro de un grifo. Esta foto y otras dos series más que ilustraban representaciones del espectáculo de radio Boston Blackie y enfermedades imaginarias, nos descubren que el interés de Kubrick por la fotografía comenzaba a decaer. Sin embargo, «Look» optó por ofrecerle encargos más ambiciosos. En 1948 fue enviado a Portugal para hacer un reportaje sobre viajes. Fotografió las entrañas de un circo durante su descanso invernal en Florida; acompañó al senador Robert Taft en su ruta por Ohio y plasmó en imágenes al actor Montgomery Clift.
El director de fotografía y productor televisivo William Read Wooldfield, con quien Kubrick trabajó en «Espartaco», afirmó que, «cuando eres un fotógrafo de diecisiete años trabajando en la revista `Look' y sales y haces una historia, tienes el control total de dicha historia. Lo que encuadras, lo que fotografías, el espíritu con el que lo fotografías, las fotos que seleccionas para la imprenta, lo que rechazas; todo está bajo tu control absoluto. Y es una sensación maravillosa». A pesar de esa sensación, Kubrick comenzó a cuestionar el sin sentido que para él era fotografiar una fiesta de disfraces o ilustrar reportajes tipo «¿Es un atleta más fuerte que un bebé?». Tras sentirse atrapado en este callejón creativo sin salida, optó por invertir su dinero en unas lecciones de vuelo y en agosto de 1947 logró el certificado de piloto de aviones de un solo motor.
En relación a las tendencias que podemos descubrir en el trabajo fotográfico del precoz Kubrick, Ortner-Kreil afirma que su trabajo demuestra su conocimiento de la fotografía de vanguardia y la fotografía de Bauhaus. A Kubrick lo intrigaba el metro de Nueva York como un lugar de tránsito donde personas de diversos orígenes se encontraban unos con otros y en esta singular escenografía tomó infinidad de imágenes entre la media noche y las seis de la mañana.
Otra serie de fotografías firmadas por Kubrick que siempre ha despertado interés, ha sido la que dedicó a la actriz Betsy von Fürstenberg y que llevaba por título «La debutante que salió a trabajar». «Ella es una chica del jet set en la cumbre de su carrera cuando Kubrick la fotografía -dice Ortner-Kreil-. Pero por `trabajo' ella solo realiza actividades de placer, como probarse joyas y ropa, y vivir la típica vida de la Upper Eastside donde nació y creció».
Las galerías fotográficas de Kubrick también nos revelan que el futuro cineasta también estaba familiarizado con las fotografías de temática policial y de índole criminal que fueron popularizadas por el fotógrafo Arthur H. Fellig, más conocido como Weegee. La gran diferencia entre Weegee y Kubrick radicó en que el primero se decantaba por el impacto visual de un realismo crudo y no exento de voyeurismo. Por contra, Kubrick ofreció a los lectores de «Look» una imagen de la criminalidad libre de violencia en la que prevalecía el interés por el detalle y los objetos en la escena de un crimen. Todo ello captado desde una óptica muy cinematográfica.
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