Joseba VIVANCO
Una plantilla en progresión afronta un nuevo reto

Rizar el rizo con Europa en mente

Ernesto Valverde se mostró precavido y avisó de que «si ganar es complicado, mucho más volver a hacerlo», y aun así las plazas europeas son el objetivo.

«Parece que siempre el punto de partida es la temporada anterior y por eso el año que viene las expectativas pueden ser muy altas. Pero vamos a tener una competición más, muy exigente sea Champions o Europa League, y no es sencillo ganar siempre. Eso es algo excepcional a tener en cuenta. La afición del Athletic es suficientemente inteligente para saber que el año que viene será difícil, porque ganar es complicado, pero lo más difícil es volver a ganar. Pero ojalá pudieramos repetir... Al menos, intentarlo». La reflexión es de Ernesto Valverder, allá por el mes de junio, nada más terminar la brillante temporada que llevó al equipo a un inimaginable cuarto puesto que le premia con esa previa de la Champions League que se dilucidará en el partido de vuelta en San Mamés ante el Nápoles.

El técnico rojiblanco es un perro viejo en esto del fútbol, sabe que, como dijo una vez el superlaureado Pep Guardiola, el crédito en este deporte no existe. Cierto. El pasado no garantiza el futuro y Txingurri lo sabe. Sabe que lo hecho por el Athletic el pasado curso es difícil, muy difícil de lograr, y más aun de repetir volver a colarse sin permiso en esa cuarta plaza reservada en principio quien sabe si para Valencia, Sevilla o la propia Real Sociedad que ya la firmó un año antes. Con el podium, a lo que se ve, casi reservado de antemano para los de los últimos años, serán muchos los que pugnarán por seguir su estela y solo uno el elegido para lograrlo. Entre ellos quiere estar el Athletic, esa es su obligación, ese y otro no debe ser su objetivo.

El horizonte debe ser de nuevo Europa, sea la complicadísima cuarta plaza o sea la séptima, pero debe ser Europa. El equipo está saboreando esas mieles continentales estos últimos tiempos y a nadie le amarga ese dulce. Es más, resulta hasta adictivo. Para ello, la principal misión de Valverde será convencer de nuevo a los suyos de que es posible, de que pueden hacerlo de nuevo. Porque a estas alturas nadie duda de la capacidad futbolística de los jugadores de que dispone, los mismos a excepción de un Ander Herrera que prefirió, como ha dicho él mismo, pasar de un club «muy, muy bueno» a uno «excelente», el Manchester United.

Un Athletic reconocible

Estamos ante una plantilla con futbolistas en franca progresión, los Iturraspe, Susaeta, Laporte, Muniain, Ibai, De Marcos... un plantel de garantías al que conocemos de sobra, medianamente reforzado con Borja Viguera, y que esperará a ver si sortea felizmente la previa de la Champions para -es seguro y obligado- ir a por algún refuerzo de nivel para enfrentar una exigente temporada. Exigente por jugar tres competiciones y exigente porque detrás habrá una afición que quiere más o igual a lo vivido últimamente.

El Athletic de la nueva campaña no deparará sorpresas en cuanto a su propuesta. Un conjunto sostenido en su fortaleza física, que apuesta por imprimir a los partidos un alto ritmo, una fuerte presión al rival, y lo conjuga con buenos jugadores y, lo más importante, el compromiso de equipo, esa solidaridad que da un vestuario como el rojiblanco y que ayuda en los momentos álgidos, pero sobre todo en los complicados.

Aun y todo, Valverde y los suyos están ante una tarea nada sencilla. Los rivales conocen su potencial, sus armas y valores, están sobre aviso, un equipo que no da un partido por perdido hasta el pitido final. La necesidad de que las lesiones respeten será vital, dado que apenas ha habido refuerzos y algunos jugadores del fondo de armario no cuentan para el técnico. Es más, esta pretemporada ha quedado en entredicho ese `fondo', aunque es prácticamente el mismo que el curso anterior. La novedad es que se querrá afrontar Europa con garantías, sea Champions, sea Europa League.

En el vestuario bilbaíno están convencidos de que cómo se dé el arranque liguero determinará en buena medida el devenir posterior. Sacar puntos desde un inicio fortalecerá al grupo, como sucedió hace un año. En vísperas de ese debut en Málaga, la afición es optimista. Conoce al equipo, sabe lo que da, de lo que es capaz, a qué juega, en casa y lejos de ella. Hay confianza. Y eso ya es mucho.

Adioses por cerrar y llegadas a la espera de la Champions: Monreal e Illarramendi

Ernesto Valverde comenzó la temporada con una plantilla muy por encima de los treinta jugadores, cuando desde un inicio dejó bien claro que su idea era quedarse con 23 o 24. Desde entonces, el largo verano ha ido descolgando efectivos, principalmente los canteranos como era de suponer, pero también algunos hombres ya asentados en el equipo como Borja Ekiza -al Eibar-, que no contaba ni siquiera la campaña anterior. Parece que no será el único, porque hombres como Toquero, Aurtenetxe y el aun casi ni estrenado Kike Sola están en la rampa de salida. Alguno de ellos dejará el equipo antes del 31 de agosto, parece claro, ¿pero quién será? En el lado opuesto, la política de fichajes. Con los millones por Herrera más lo que pudiera llegar vía Champions si se elimina al Nápoles, es seguro que Borja Viguera no será el único en llegar. Natxo Monreal, del Arsenal, y la cesión del exrealista Asier Illarramendi, que parece contar poco en el Madrid, son los objetivos del Athletic. En una semana se sabrá. J.V.

El año de Beñat

Beñat Etxebarria está ante su gran oportunidad de demostrar su valía y su fichaje. El de Igorre ha aprovechado la marcha de Herrera para hacerse con la mediapunta. Si no responde, el cachorro Unai López adelantará su prometedor futuro.

Tercera vez en Europa en cuatro temporadas

Champions o Europa League. El Athletic jugará sí o sí esta temporada competición continental, por tercera vez en las últimas cuatro campañas -las mismas que en la última década-, lo que es un logro destacado, en ese objetivo que debe ser estar en Europa de una manera regular.

San Mamés al completo, jugador número 12

Este 27 de agosto volverá a ser un día especial en la historia del club rojiblanco y de su nuevo estadio. San Mamés acogerá su primer partido con 53.000 espectadores en sus gradas, un aforo completo que será más que nunca el jugador número 12 para una ilusionante campaña.