Asier AIESTARAN
Bandera de La Concha

Una semana para temer o soñar con la remontada

La mala mar parece un ingrediente indispensable para dar la vuelta a una diferencia de diez segundos.

¿Qué posibilidades hay de que Kaiku, a 10,54 segundos de Urdaibai, u Hondarribia, a 11,50, pueda remontar en la segunda jornada de La Concha y pueda arrebatar la bandera que ya tienen encaminada los de Bermeo? Esa es la pregunta que ronda por la cabeza de los arraunzales y que marcará la actualidad del remo durante toda la semana.

Pues la respuesta es que bastante pocas, porque la historia demuestra que en la mayoría de ocasiones el ganador de la primera jornada también se impone en la segunda: lo hizo Kaiku en 2012 y 2009, Urdaibai en 2011, Orio en 2007, 2000 y 1998, Castro en 2006 y 2002, o Astillero en 2004 y 2003. Y aunque no suceda así, si la diferencia es superior a los 10 segundos, lo más habitual es que el ganador de la primera jornada se acabe llevando la bandera -Castro en 2008-.

Para que haya una remontada, la historia dice que la diferencia debe ser bastante inferior a los diez segundos. Urdaibai dio la vuelta a dos segundos en 2010, por ejemplo, y una década antes, encontramos hasta tres casos en apenas cuatro años: Koxtape remontó cuatro a Orio en 1999, Orio seis a Koxtape en 1997, y Orio tres a Tirán y dos a San Pedro en el año 1996.

Korta y Salsamendi, en 2001

No obstante, siempre hay excepciones, y en lo que llevamos de siglo encontramos un par que han hecho correr ríos de tinta. Quién no recuerda la edición de 2005, en la que la bravura del mar llevó el caos a La Concha en la segunda jornada. La trainera de Hondarribia acabaría dando la vuelta a sus 14 segundos de desventaja y llevándose la bandera tras la polémica descalificación de Pedreña.

Y también fue sonada la de 2001, cuando la «Marinera» de Castro, patroneada por José Luis Korta, remontó de una manera increíble a Orio los 10,02 segundos que había perdido en la primera jornada. Aunque los oriotarras iban por delante al entrar en la bahía, dos magníficas olas de los cántabros y un momento de bloqueo de los guipuzcoanos entre el tremendo oleaje, acabó con los amarillos perdiendo 10,91 segundos y una bandera que tenían en las manos.

Por suerte para Urdaibai, nadie mejor que su entrenador, Jon Salsamendi, para recordarles a sus remeros lo sucedido, ya que era uno de los tripulantes de la «Txiki» oriotarra que perdió aquella bandera, tal y como explicaba el pasado domingo nada más acabar la regata: «Aquí hasta el final no se puede cantar victoria. Todavía me acuerdo de lo que pasó en 2001, que teníamos 10 segundos de ventaja, íbamos primeros a falta de 500 metros y acabamos perdiendo la bandera».

A evitar errores

Además, sin irse tan lejos, incluso lo sucedido el año pasado, cuando Urdaibai acabó siendo descalificado pese a terminar las dos regatas con el mejor tiempo, debe ser otra razón para estar alerta hasta tener la bandera en la mano. En aquella ocasión la descalificación vino a raíz de un toque de palas con Hondarribia -si fue suficiente como para descalificar a la «Bou Bizkaia» es algo en lo que jamás se pondrán de acuerdo ambos bandos-, pero lo mismo puede suceder por un simple error en la ciaboga o un problema técnico en la trainera, por ejemplo.

Dejando de lado ese tipo de problemas, que esperemos no sucedan, lo que está claro es que para ver una gran remontada la mala mar parece un ingrediente indispensable. Y, de momento, aunque es pronto para hacer pronósticos realmente fiables, parece que no va a ser el caso y que no habrá un oleaje exagerado en nuestra costa.

Solo queda pulir los pequeños detalles

Si en la regata masculina Urdaibai parte como claro favorito a la bandera, en la femenina el pronóstico está mucho más abierto, con Pasai Donibane defendiendo una renta de 1,32 segundos respecto a Hibaika y de 4,48 sobre Zumaia. Parece claro que el trabajo físico está básicamente hecho y que en una semana difícilmente se puede mejorar demasiado en esa parcela. Así pues, la principal labor de las diferentes cuadrillas pasará por limar esos pequeños detalles que pueden acabar dando ese par de segundos decisivos en la pelea por el título.

En San Juan, su preparador Juan Mari Etxabe apuntaba que la lesión de Irati Salazar, titular en la mayoría de ocasiones, le obligó a hacer algunos cambios en su alineación, lo que pudo crear ciertos nervios en la cuadrilla. Superado ese problema, mejorar en el largo de vuelta, en el que perdió tiempo tanto en la clasificatoria como el domingo, será su objetivo. Tres cuartos de los mismo le ocurre a Zumaia -perdió seis segundos con Hibaika en el segundo largo-, mientras que las de Errenteria intentarán mejorar su salida. A.A.