Elkarrizketa
Xanti Rodriguez
Ilustrador

«Mi pasión es intentar trasladar escenas imposibles a una imagen»

Xanti Rodriguez es un tolosarra crecido en Azpeitia cuya mayor afición de crío era pintarrajear los pupitres de la ikastola mientras el profe se esmeraba en explicar el principio de Arquímedes. Después llegó su afición por la música, por el metal extremo y su voz aturdió a más de una cabeza con Legen Beltza. Hoy, Xanti Rodriguez es uno ilustrador/fotógrafo que compite en primera división.

A sus 36 años Xanti Rodriguez ha trabajado con firmas como Repsol, Apple, Navidul, Irizar, Warner, Anaya, Bodegas Gorka Izagirre, Bodegas Rioja Alt, Restaurante Azurmendi, Elkar... y otra docena de firmas. En cuanto a premios internacionales desde 2009 y hasta el presente ha logrado cerca de quince reconocimientos. Además, imparte cursos, escribe libros, quiere realizar videotutoriales... y le queda tiempo aún para portadas de discos, Legen Beltza, aunque vayan tranquilos tras cinco discos, dos de ellos publicados por sellos internacionales, y disfrutar de la vida, aunque su trabajo es tan adictivo que intuimos que forma parte hasta de su respiración.

Rodriguez es un músculo del arte, trabaja el dibujo, la ilustración, la fotografía, el 2d, 3d (CGI)... espacios en los que muestra la diversidad de su talento. Un acabado que puede ir desde el puro retrato en blanco y negro hasta el montaje más abigarrado. El autor nos invita continuamente a que creamos que lo imposible es real porque está en la fotografía y acomodado perfectamente, claro está, gracias al toque mágico del artista.

¿Cuál fue su primera relación con el mundo del arte?

La ilustración y el dibujo, aunque la fotografía siempre ha estado muy presente en mi vida gracias a mi padre, Ángel Rodriguez. Me acuerdo que de crío me pasaba el día dibujando.

¿En qué momento pasa de ser un ilustrador o dibujante de folios a realizar un trabajo próximo a lo profesional?

Cuando empecé a trabajar con mi padre en su tienda, yo tenía 17 años; pero a mis 16 ya me pidieron que ilustrara mi primer casco con aerografía. Tuve una época en la que usé bastante el aerógrafo para ilustrar cascos y capós de coche.

La ilustración y la fotografía han sido como el bolsillo derecho e izquierdo de un pantalón. ¿Algún ganador?

Siempre he mezclado ambas facetas por lo que creo que son igualmente interesantes, pero la fotografía me cautivó hace unos 15 años. Las dos son amores.

¿Toda su formación es autodidacta o por este camino uno se atasca en ciertos niveles ?

En el año 94 me fui a Barcelona a estudiar fotografía, aerografía y cómic. Ahí fue cuando empecé mi formación académica, pero realmente mi aprendizaje ha sido autodidacta. Muchas horas investigando y navegando por internet. Por ejemplo, para aprender 3D sí que he tenido que valerme por mí mismo y fue muy duro. Hace diez años no había ninguna academia para aprender. Hoy en día todo es muy es distinto y hay más facilidades para aprender.

En su catálogo hay unas cuantas portadas de discos, ¿es quizá la faceta que hoy en día menos le interesa y la que menos productividad ofrece?

No, a mí me encanta trabajar en ese mundo ya que la música es otra de mis pasiones y en especial el metal. Este ultimo año sí que he hecho algunas portadas, por ejemplo el último disco de Su Ta Gar o de Khy; pero si te soy sincero, las bandas de metal no tienen mucho budget [presupuesto] por lo que actualmente hago solo encargos específicos.

Hablando de presupuestos, ¿cuándo entra en el complicado espacio de la publicidad?

Pues todo fue bastante casual. En mi periodo autodidacta toqué bastantes puertas y enseñé mi portfolio con obras de Fotograf y 3D. Me dejaron en la nevera. Y, mientras tanto, continué aumentando mi portfolio. Un día me llamó Juan Pacheco de Essencial Producciones preguntándome si me interesaría hacer un trabajo para Repsol. Evidentemente dije que sí.

¿La publicidad es su opción preferencial ahora mismo?

Sin duda. El 75% de mi trabajo está en el ámbito de la publicidad y de empresas. No obstante, continúo trabajando, por ejemplo, con la gente de mi pueblo si necesitan a un fotógrafo.

Juega mucho con las ilustraciones que mezclan lo posible con lo irreal, un aspecto que quizá derive de la cultura de las portadas de metal, tan dadas a lo sugerente, lo mágico. ¿Puede ser de lo que más le divierta y al margen de presupuestos?

Sin duda. Es un terreno en el que más libre me siento. Siempre he sido muy fantasioso y soy un cinéfilo en esa área. Mi pasión es intentar trasladar escenas imposibles a una imagen, gracias al CGI (3D...) y la ilustración puedo recrearlo a mi gusto y con garantías. Es mi sueño y mejoro cada vez que me embarco en un proyecto de autor. Lo hago porque lo más difícil en esto es hacer que algo parezca real. El 3D es una herramienta cojonuda, pero, al igual que Photoshop, si no lo usas con cabeza y técnica, el resultado es horrible, por lo que intento mejorar día a día el realismo en mis obras.

¿Técnica e imaginación se reparten simétricamente?

Depende, cuando el pedido es mediante un creativo de una agencia, la imaginación ya la han desarrollado ellos, por lo que a mí me toca currarme la técnica, pero cuando el proyecto es mío le doy mil y una vueltas, por lo que la imaginación supera a la técnica.

Cabe imaginar que todas esas escenas de CGI son un combinado entre Cinema 4d y el consabido Photoshop y su infinidad de plugings. A todo esto hay que añadir la tableta, la cámara, la elección de marca, objetivos, hardware... y un generoso talón de gastos.

¡Es un pastizal, cierto! Empezando por el software, el hardware, el equipo fotográfico y, además, el plató y todo lo que supone la iluminación. El software es muy importante y hace falta invertir en él. Todo lo que tengo está en regla, con licencia. Como ordenador uso un MacPro, una tableta Cintiq 21 de Wacom y un monitor Eizo. En lo que respecta a fotografía, mi cámara actual es la Canon 5D Mark 3 con la que estoy encantado. Al principio todo parece una sangría de dinero, pero realmente es necesario invertir si se quiere avanzar.

Llaman la atención algunos retratos muy naturales que se desmarcan de la sofisticación o del exceso necesario de postproducción en otras parcelas del arte. Incluso en excelente blanco y negro. ¿Oxigena?

La verdad es que sí. A veces nos olvidamos de los orígenes de la fotografía, cuando teníamos que dejarlo todo clavado desde la toma, puesto que después casi no teníamos herramientas para las postedición. Suelo usarlo como ejercicio y test de mis cualidades como fotógrafo haciendo especial hincapié en iluminación y composición básicamente.

¿Cuenta con estudio o se ve obligado a alquileres o exteriores?

Muchos trabajos los encamino en mi estudio, que está situado en Azpeitia. Por suerte cuento con un plató de más de 65 metros por lo que puedo hacer producciones grandes sin moverme. El CGI (recreación digital de un fondo o de otros elementos reales) también ayuda a recrear ese escenario, que podría ser prácticamente imposible de llevar a cabo desde el realismo.

Los numerosos premios que ha recibido le han debido recompensar tanto trabajo.

Si no me equivoco son más de setenta en toda mi trayectoria. Pero los que más ruido han generado han sido premios como Fotógrafo Europeo del año 2013 en el apartado de retrato, el premio en los International Photo Awards de Los Ángeles, la WWPPI Americana, el Quijote de Oro 2010 y el premio de la Comunidad Valenciana 2012. Aparte de estos tengo bastantes segundos y terceros premios en la FEP (Federación de Fotógrafos profesionales Europeos ), los Goya, los IPA de Los Ángeles...

Y también ha publicado algún libro de corte didáctico.

Sí, más de uno. En 2011 saqué el libro de Fotografía y cine de animación. «Cómo crear el País de las Maravillas», el cual editó Anaya Multimedia. Luego quizá el libro del que me siento más orgulloso sea «Itzalen sua». Un proyectazo que realicé gracias al gran trabajo de la editorial Gaumin (mila esker, Fernando eta Naiara) y en el cual hicimos realidad una de nuestras fantasías: mezclar imágenes con música, este apartado corrió a cargo de Diabulus in Musica, que hicieron un trabajo magistral. Otro agradecimiento para ellos.

Al margen de «Itzalen sua», ¿el mayor tramo de trabajo le llega de fuera?

Desafortunadamente sí. En Euskal Herria las editoriales no están por la labor de invertir mucho dinero. He tenido alguna que otra mala experiencia con algún grande de Euskal Herria, pero, por ejemplo, Gaumin, que es una editorial pequeña, apostó por el proyecto, y fue admirable.

Otra faceta suya es la de impartir cursos, editar tutoriales...

Normalmente los cursillos los realizo por expreso encargo de una empresa o institución, normalmente son de postproducción o 3D, aunque también hacemos workshops prácticos de fotografía. La siguiente cita en este campo la tendré en octubre en Bilbo, dentro de Bilbo Argazki. También tengo en proyecto crear una web de tutoriales, aunque aún no soy capaz de sacar tiempo.

¿Con qué pelea ahora? ¿Trabaja también por placer y sin un fin comercial? ¿Algún reto o está en niveles máximos?

Siempre necesito concebir y plasmar algún trabajo de autor, eso es lo que me mantiene vivo e ilusionado. Además, de esta manera, me reto en conseguir cosas que me motivan, sobre todo para mejorar mis facultades como fotógrafo-retocador. La imagen es adictiva, pero en mi caso no intento superar a nadie. Bueno sí, a mí mismo intentando que el nuevo trabajo sea mejor que el anterior.


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