Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Renovarse o morir

Próximo el carnaval electoral hacen su debut renovados aspirantes a vivir de nosotros por representar- nos en las instituciones.

La esperanza del PSOE se llama Pedro y se apellida Sánchez por parte de padre y Pérez-Castejón del lado materno. Sonríe todo el tiempo y, al hacerlo, muestra unos radiantes incisivos y caninos, la práctica totalidad de unos premolares perfectamente delineados que llevan a intuir, en el interior bucal, unos molares de características similares e igual belleza. Joven, alto al igual que su autoestima, que en su discurso, siempre positivo, ha superado el plural de modestia y autoría de un nosotros, obsoleto, por un yo reafirmado y reafirmante: «yo no voy a consentir que los jóvenes españoles se vean obligados a emigrar para poder ganar su sustento», «yo y mi equipo», «yo», «yo» y «yo».

Un docto y políglota profesor de Economía de la selecta y privada Universidad Camilo José Cela que fuera consejero en la Asamblea de Caja Madrid en tiempos del incomprendido y maltratado Blesa.

Un ganador que suple a un vapuleado Rubalcaba, amén de poco agraciado para la pasarela Cibeles a pesar de su delgadez, para abanderar la renovación del socialismo español. Han cambiado hasta el logo. Si exceptuamos la aceptación del orden capitalista con su economía de mercado y la democracia representativa como datos tan objetivos e indudables como la gravitación universal y la caída de los cuerpos y la existencia de España como unidad de destino en lo universal (únicas coincidencias con el PP), el tsunami Pedro ha revolucionado, y de qué manera, las estructuras internas del partido que fundara Pablo Iglesias que con más de cien años de historia y tras cuarenta de vacaciones, modernizara Felipe.

Pedro se ha mostrado como un comunicador (así lo llaman ahora) nato. Un trending topic en las redes sociales, rey del share y as del rating televisivo (o algo así parecido) ya sea participando en «El Hormiguero» haciendo sombra a otro gran Yo apellidado Motos, o interviniendo en «Sálvame» que dirige otro socialista renovado como Jorge Javier Vázquez, tan encantado de conocerse a sí mismo (muy lejano del filosófico «conócete a ti mismo» de la entrada del templo de Apolo en Delfos y cercano al cómo me gusto de un tal Narciso).

Que Mercedes Milá, convencida socialista, lo presente en Gran Hermano 15 ordeñando la cabra gallega como broche de la renovación del socialismo español.