Athletic Otro «regalo» individual, esta vez de Iraizoz, permitió al Rayo nivelar la inicial ventaja bilbaina

El nudo se aprieta

Los rojiblancos firmaron unos primeros treinta minutos de buen fútbol y se adelantaron en el marcador. A partir de ahí, los rayistas fueron superiores hasta el final y capaces de aprovechar sendos errores defensivos para sentenciar un partido que iba para empate.

RAYO 2

ATHLETIC 1

De apretar a los rojiblancos la necesidad de ganar antes del duelo ante el Granada se pasó a que la situación empezara a ahogarles tras la inesperada derrota ante los nazarís y directamente ajustar la soga tras lo visto anoche ante el Rayo. Media hora duró el Athletic en Vallecas, la primera, en la que fue muy superior, dio para soñar y hasta se adelantó en el marcador. Luego, quince minutos en los que decidieron ceder peligrosamente el balón a los rayistas, regalarles el empate y al final del choque, cuando la quiniela apuntaba a la X, recibir la puntilla a falta de dos minutos del final tras una segunda mitad sin chicha ni limoná. Toquero como arma secreta para equilibrar el inesperado desastre e Iraizoz subiendo al remate en un córner para enmedar su error en el primer gol. Patético. Un triunfo en cinco jornadas. Tres puntos. Aquellos días de vino y rosas de meses atrás en este mismo estadio, se tornan ahora avinagrados. Al equipo le faltan cosas, y lo malo es que mientras las busca, los errores propios están penalizando en exceso. Los `imponderables' del fútbol, que diría Bielsa.

Partido imprevisible advertía Ernesto Valverde en la previa, aunque para imprevisible su propio equipo. Lo visto en los primeros treinta minutos no hacía presagiar lo que luego nos tendría reservado el amargo marcador final. Txingurri apostó por su once habitual, pero con un retoque más que significativo, el de Rico a la mediapunta y Beñat por delante de Iturraspe. Y la verdad es que resultó. El de Arrigorriaga se bastaba arriba para presionar a toda la defensa del Rayo -aunque sigue perdiendo balones en exceso a la hora de sacar rédito a sus robos- en tanto el de Igorre firmó, en lo global, un buen partido, trabajador, distribuidor, más allá de que no estuviera nada acertado a balón parado. Buena imagen de inicio del equipo, apretando a un endeble rival impropio del genio de su entrenador, llegando arriba con asiduidad y marcando en una jugada de pizarra que Aduriz solo tuvo que empujar.

Y ahí se acabó lo que se daba. Sobre todo porque a este Athletic le sigue costando un triunfo llegar con claridad arriba y crear esas ocasiones que tanto demanda su entrenador. El primer saque de esquina lo ejecutaron los leones en el minuto 72 de partido y ni una jugada a balón parado supieron aprovechar al menos para meter miedo.

El Rayo comenzó a circular la pelota, a ganar duelos y fiel a su cita con las `cantadas', el Athletic hizo su particular obsequio. Gol del Málaga, falla Gurpegi; primer gol del Barcelona, falla Laporte; gol del Granada, falla Iturraspe.... Gol del Rayo, falla Iraizoz. Como diría el que fuera gran portero vasco Josetxo Arakistain, «el mayor enemigo de un portero no es el delantero contrario. Ni los extremos. Ni los centrales. El enemigo de un portero es el balón». E Iraizoz se comió con patatas un centro lateral que Baptistao solo tuvo que empujar a gol. Era el minuto 40. La fortuna de unos fue la desgracia de otros, porque poco antes el colegiado no vio un claro penalti de Quini a Muniain, donde, eso sí, el navarro ni amagó con caerse o quejarse, que además hubiera supuesto la expulsión del defensor rayista.

El Rayo superior tras el descanso

No pintaba bien la cosa, sobre todo porque era previsible que los de Paco Jémez se crecieran tras el descanso. Y así fue. Ante un Rayo crecido, Iraizoz enmendó su error con un paradón a bocajarro, Toño, que había sustituido en la portería al lesionado Cristian, salvó otro a testarazo de Aduriz, llegaron los primeros cambios en las filas rojiblancas con Viguera, luego Guillermo, pero el Athletic no ofrecía buenas sensaciones. Los madrileños apretaban mucho y bien, no dejaban espacios, en defensa los leones sufrían, arriba no llegaban, avisó Manucho en un cabezazo flojo a las manos de Iraizoz y no perdonó ya Baptistao a falta de dos minutos para el 90. Gurpegi no calcula bien el despeje, balón para el hábil Kakuta, gana la línea de fondo, centra y Baptistao remata, Gorka rechaza y el rebote lo introduce el delantero en la red.

El Athletic no carbura. No sabe cómo crear peligro. No es solo cosa de `regalitos'. Haciendo lo justo para ganar puedes conformarte con el empate, cuando no te pasa lo de ayer que es lo probable. Nadie quiere empezar a hablar de finales, pero la primera es ante el Eibar; la segunda, a miles de kilómetros, en Borisov. El nudo se aprieta.

Valverde defiende que «tenemos juego, jugadores y empaque para salir»

Ernesto Valverde tiuró de tópico al final del partido. Apretar los dientes y salir de esta cuanto antes. «Irnos con un empate era suficiente, hemos tenido alguna opción, y al final una jugada desgraciada como ultimamente» les deja fuera de los puntos, fue el sintético resumen que hizo el técnico rojiblanco. Pero es que al fin y a la postre «son partidos que hemos perdido, una victoria de cinco y los otros ni siquiera empatar, cuando toda parecía como hoy que iban a desembocar en el empate. No es normal, pero hay que mirar para adelante».

Como todos, el preparador de los bilbainos ya veían la igualdad en el marcador final, con lo que el gol de Baptistao fue una sorpresa. «El partido desembocaba en el empate, hemos sido superiores en un tiempo, ellos mejores en el segundo, todo apuntaba a eso, pero las jugadas son las que son, y cuando uno comete un error tiene que pagarlo». El problema es que «cuando luchas para que las cosas salgan y lo llevas encarrilado, y se tuerce, es normal que dudes, pero debes estar por encima de eso, esto es fútbol, y a pesar de todo tenemos que seguir mirando adelante, solo lo podemos sacar nosotros, tenemos juego, jugadores y empaque suficiente, aunque la realidad es que estamos abajo y tenemos que luchar como si estuviéramos abajo, por tres puntos que son vitales», quiso reivindicarse el entrenador de Viandar de la Vera, confiado en la reacción. No quiso valorar la posibilidad de que éstos malos resultados afecten a su plantilla y se mostró «optimista para sobreponerse a las adversidades». A su juicio, «el estado anímico va en función de los resultados. Cuando todo va bien empujamos todos, hay gente alrededor y parece sencillo, pero ahora hay que dar un paso al frente y cambiar el estado anímico para sumar tres puntos imprescindibles el sábado». Finalmente, se mostró satisfecho con el intercambio de puestos entre Rico y Beñat, como solución para ganar equilibrio.J.V