No estaba llamado a tener un papel importante, pero Miguel Merino confirmó ayer las buenas sensaciones de los últimos meses y les arregló la feria a Titín III y Víctor, dos de los compañeros con los que tantas horas ha pasado entrenando en el Adarraga. Con su gran partido, el de Villar de Torre hizo que el caracolero no se fuera de vacío de su último San Mateo, mientras que con su victoria de ayer, la pareja riojana dio el pase a la final al de Ezcaray y Albisu, que en el triple empate a una victoria son los que mejor coeficiente de tantos ostentan.

El último partido de la liguilla de la feria logroñesa siguió el guión de la mayoría de los anteriores -todos salvo el primero de este grupo B en el que Berasaluze II-Ibai Zabala se impusieron por la mínima a Víctor-Albisu-, con un comienzo bastante igualado hasta más o menos el ecuador y una pareja que se desmorona en la segunda mitad.

Ayer fue la pareja berriztarra, que dependían de sí mismos, la que se desmoronó después de haberse llegado a adelantar 8-11. La clave esta vez estuvo en la labor de Ibai Zabala, que comenzó bastante sólido, en la línea del gran partido jugado el pasado domingo, pero que poco a poco fue diluyéndose.

Aunque llevó alguna pelota increíble como la del 14-11, Titín III le hizo excesivo daño con el saque y, poco a poco, fue viéndole la espalda a un Miguel Merino que fue creciéndose según fue avanzando el partido.

En los cuadros alegres, Titín tuvo sus momentos de cierta ansiedad, en los que incluso se precipitó a pelotas a las que no debería haber entrado, pero terminó gozando a medida de que el dominio de su zaguero le fue proporcionando mejores oportunidades para cruzar sus remates (3 aire, 3 dejadas, 1 cortada).

Berasaluze fue la otra cara de la misma moneda, ya que sus mejores momentos llegaron al comienzo, pero terminó desesperándose ante la falta de oportunidades. Así las cosas, un parcial de 14-0 no fue suficiente para meter a Titín en la final, pero estará Víctor y la entrada del Adarraga lo agradecerá.