El pésimo partido de la Real en Cornellá ha dejado en evidencia las dos caras que ofrece el equipo blanquiazul, que se marca el objetivo de trasladar el juego de Anoeta a sus desplazamientos sin lograrlo. Jagoba Arrasate presentó ante el Espanyol casi el mismo once que fue superior al Valencia, segundo mejor equipo de la Liga, y no jugó igual porque no es lo mismo hacerlo en un césped de las dimensiones y las características de Anoeta con el apoyo del público que fuera de casa. Además no es bueno que un equipo quiera jugar siempre igual. No es lo mismo jugar en casa que fuera y tampoco con un resultado a favor o en contra. La Real tiene que llegar a dominar diferentes formas de jugar porque, por mucho que se lo propone, tiene problemas para hacer su fútbol fuera. Basta con repasar sus resultados como visitante desde el ascenso para comprobar que no es un problema de este inicio liguero. Y las victorias que se han conseguido lejos de Anoeta no se han basado en el estilo de juego combinativo y ofensivo que intenta desplegar el equipo. Las dos últimas llegaron con un único gol, en ambos casos, de Vela y en la temporada del cuarto puesto tres de las cuatro últimas victorias se consiguieron sin encajar. Si no funciona lo que se pretende, fuera de casa la Real debe plantearse jugar de otra manera. Debe estar más junta, defender mucho mejor, sobre todo porque tiene jugadores como Vela, Agirretxe, Chory Castro y Canales que a la contra ofrecen más posibilidades que cuando se lleva la iniciativa. El primer paso para competir es conseguir que a los rivales les cueste más adelantarse.