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Internacional

Un pequeño oasis de normalidad en Afganistán

Hasta en los más recónditos lugares y en las más hetereogéneas circunstancias, niñas y mujeres juegan con un balón. Incluso en Afganistán, donde acaba de concluir su primer campeonato de Liga.

Kabul y Herat, los dos mejores equipos de los cuatro que han podido participar en esta primera edición, disputan la final en la capital afgana. El público es escaso y está compuesto casi en su totalidad por mujeres jóvenes, pero vive el choque con pasión. «El fútbol no es solo para hombres», reivindica Waheeda Bahrami, una estudiante de 17 años y que también es futbolista.

Aunque su amiga Sheeba reconoce que algunas chicas «tienen problemas con su familia. Yo creo que tienen que dejarles jugar -afirma convencida-, es bueno para el país, para la cultura y para el desarrollo del país. Demostramos que Afganistán puede hacer cosas que hacen otros países».

Aunque todavía no pueda hacerse con total normalidad. Najeela, que acude al partido con su hijo y su marido, explica que este ha tenido «problemas a la entrada, no le querían dejar entrar. Hemos tenido que insistir». Nasir Ahmadzai, responsable de prensa del torneo, sostiene, sin embargo, que «no hay problemas, los hombres pueden entrar. Queremos que la participación sea lo mayor posible y esperamos mejorarlo aún más de cara al próximo año».

En las gradas, semivacías, los aficionados locales aclaman a la estrella del Kabul, Madina Azizi. La joven de 19 años corresponde marcando cuatro goles. «Mi familia nunca me ha prohibido jugar, de hecho me han animado», se felicita Madina, antes de subrayar la importancia del deporte. «En Afganistán estamos en guerra, hay atentados suicidas... Cuando juego al fútbol me olvido de todo eso». Por el contrario, su compañera y capitana del equipo, Frozan Tajali, admite que su familia no le dejaba participar en un principio. «Pero cuando vieron lo bien que jugaba me animaron a seguir», sonríe satisfecha.

Jugadora igualmente de la selección afgana, Tajali confía en que esa evolución se traslade a la afición. «Este primer torneo es solo el principio. Pero confío en que vaya mejorando con el tiempo».