Arnaitz GORRITI
Gipuzkoa Basket cae en Santiago de Compostela

La desesperación provoca otro mal cuarto final como ante Estudiantes

Después de la quinta personal de Olaizola, los donostiarras encajaron un parcial de 17-3 que rompió el partido en favor del Obradoiro.

OBRADOIRO 85

GIPUZKOA BASKET 69

El casillero de victorias de Gipuzkoa Basket continúa a cero y la próxima visita del Barcelona a Illunbe no hace pensar que ese panorama vaya a mejorar a corto plazo. Sea como fuere, las huestes que dirige Jaume Ponsarnau deberán analizar muy bien el partido de ayer en Santiago, ya que volvieron a caer ante un rival que no solo se mantuvo en cabeza en todo momento, sino que se acabó gustando tras romper el partido con un parcial de 17-3 en el último período.

Un tiro libre de Julen Olaizola acercaba a Gipuzkoa Basket 64-58 a falta de ocho minutos. La siguiente jugada, un «dos más uno» del ala-pívot alemán Maxi Kleber, uno de los más destacados de la escuadra galaica junto con el norteamericano Keaton Nankivil, supuso no solo elevar el 67-58 al marcador, sino la quinta falta de Olaizola y que Jaume Ponsarnau sustituyera a Franch por Jared Jordan y a Dean por Mikel Motos. Naturalmente, el técnico donostiarra ponía en la cancha a su quinteto de gala para los minutos decisivos y, sin embargo, ese quinteto de gala naufragó. La intensidad defensiva local aumentó y se acentuó su dominio reboteador, mientras que la retaguardia donostiarra no lograba funcionar al mismo nivel.

La jugada de Kleber fue el primer golpe de un parcial de 10-0, que llegaba gracias al empuje de Chagoyen -cuyo pick'n roll con Pepe Pozas fue una verdadera «arma secreta» inventada por el «alquimista» Moncho Fernández-, Nankivil y Corbacho, que se dejó dos triples para el final. Dos tiros libres de Dean y otro de Doblas -16 de 25 para GBC desde la «distancia de la caridad», en especial un grave 3 de 7 para Doblas- rompían la sequía anotadora guipuzcoana, pero cuatro puntos de Pozas y otro triple de Corbacho establecían el parcial de 17-3 que, con un 81-61 en el luminoso, significaba el punto y final para el partido. Un punto final que recordó demasiado al desenlace del partido frente a Estudiantes.

Sin continuidad

Como todo equipo que se halla dando los primeros pasos de la temporada, Gipuzkoa Basket sufre para ofrecer continuidad en su juego. Alterna momentos de lucidez con otros en los que todo se oscurece, y que por el momento paga con la derrota. El Obradoiro, pese a que padece parecidos males, mostró una regularidad mayor, sobre todo porque tuvo bien claro que sus primeras opciones de juego se hallan cerca de la canasta, dejando los triples como segunda parte de su plan de ataque.

En el seno donostiarra, Hanley y Taquan Dean se repartían los roles de anotación, con Grimau como estilete tirador y Doblas en el poste bajo. Recursos suficientes para responder al cuadro gallego, pero que ayer funcionaron como compartimentos estancos, sobre todo cuando Dean acaparaba el balón. Asimismo, Jordan no logró anotar ningún punto y Dani Díez firmó un 0 de 5 en triples

Tras el 46-36 con el que se llegó al descanso, GBC respondió y se puso a cuatro puntos en varias ocasiones. Pero faltó continuidad y fe, y volvió a ceder por bajar los brazos antes de hora.

«Hemos dejado precipitar el ritmo»

La irregularidad provocó distintos momentos de flaqueza, y de eso se quejaba Jaume Ponsarnau.

«En el segundo cuarto sufrimos varias pérdidas, y ellos han encontrado una fisura con los tiros exteriores de sus pívots. Nos ha hecho daño, pero había 20 minutos y en la segunda parte empezamos con las ideas claras, al mejor nivel defensivo de la temporada», dijo.

«Con la baja de Iarochevitch hemos tenido que improvisar, como jugar con Dani -Díez- de ala-pívot, pero no perdimos la esencia», añadía. No obstante, Ponsarnau se lamentaba de que «en los mejores momentos, hemos fallado tiros libres y unos triples liberados que hubiesen puesto otro panorama. Pero no han llegado y nos hemos desvanecido».

Como corolario, reconocía que «el marcador no es ilustrativo de lo que ha pasado, pero Obradoiro ha encontrado la inspiración, dejamos precipitar el ritmo y nos ha pasado por encima. Las derrotas se acumulan, pero hemos de ser hábiles para aprovechar estas derrotas y mejorar nuestras cosas», remachaba. A. G.

Cáncer de mama

Ya que ayer era el Día Internacional del Cáncer de Mama, el técnico Moncho Fernández y sus ayudantes acudieron con un lazo rosa en el ojal. El propio Jaume Ponsarnau se sumó a esta iniciativa en la sala de prensa al declarar que «aunque la naturaleza a veces es caprichosa y negativa en algunas cosas, que al menos todas estas mujeres tengan el máximo apoyo».