RACING - ALAVÉS

No lo ha conseguido todavía y es el reto que se marca el Alavés para su visita a El Sardinero: encadenar una segunda victoria consecutiva. Los de Alberto López, ahora instalados en la zona templada de la tabla, son conscientes de que ganar en el estadio cántabro no solo restaría presión a la necesidad de sacar adelante los partidos disputados en Mendizorrotza, sino que, dada la igualdad de la categoría, le auparía a posiciones de una mayor ambición.

La escuadra babazorra comenzó el campeonato siendo bastante efectiva lejos de su campo -empató en Leganés y ganó en El Sadar-, pero su rendimiento foráneo bajó enteros en los dos últimos desplazamientos -Zaragoza y Mallorca- donde acabó hincando la rodilla. Su reciente triunfo copero en Anduva hace abrigar esperanzas de que los albiazules puedan repetir marcador en el feudo racinguista.

Solo ha ganado uno en casa

No es que el Racing sea un dechado de virtudes ante su público -solo ha sacado adelante un encuentro de cuatro que ha disputado hasta el momento en El Sardinero-, pero, obligado por la presión clasificatoria -su mejor golaverage particular le evita estar en descenso-, y el hecho de no haber vencido en sus dos últimas jornadas, le convierte en un rival enrabietado que saldrá a por todas.

Para contrarrestar las intenciones del adversario, es muy posible que el Alavés prácticamente calque el once que consiguió imponerse con mucho trabajo al Lugo, con un Manu García haciendo las veces de enganche y aportando trabajo en una poblada línea medular que no deje pensar al Racing.

El único cambio que se podría dar sería en la punta de ataque, con la entrada de un Manu Barreiro inspirado, que marcó frente al Mirandés y también lo hizo contra el Lugo. El Racing suele ser un conjunto que se le atraganta al Alavés, la última vez que ganó en El Sardinero fue en octubre de 2005.