La gasolina se agota en el último cuarto
A pesar de las bajas de Iarochevitch. Díez y Grimau, los de Ponsarnau dieron la cara, en especial un buen Motos y Xabi Oroz. Vasileiadis y Green decidieron.

Habrá quien se eche las manos a la cabeza cuando contemple el 0-5 de Gipuzkoa Basket en la clasificación. Cierto que los de Jaume Ponsarnau comparten el puesto de colista con el Baloncesto Sevilla, pero la verdad es que la escuadra donostiarra, con todos sus defectos y cosas que mejorar, poco podrá reprocharse del partido de ayer ante Unicaja. Tal vez no haber podido aprovecharse cuando se escapaba 20-28 mediado el segundo cuarto, ni que evitara algún rebote ofensivo de más que le costó ponerse por debajo al descanso al encajar un parcial de 10-0; en resumen, perder el control del partido a causa de la fatiga física. El 74-59 final no hizo justicia a lo que se vio en la cancha.
Poco más podía hacer Gipuzkoa Basket viendo cómo estaba su plantilla. A las bajas de Iarochevitch y Dani Díez se le unió la ausencia por lesión de Jordi Grimau, tocado de la rodilla según comentaron desde el club donostiarra. Así las cosas, a Jaume Ponsarnau no le quedó otra que armarse de valor y alinear a Mikel Motos en el quinteto titular, y como este se cargó de faltas antes de lo deseado, el azkoitiarra Xabi Oroz -escolta nacido en enero de 1996, internacional u18 y participante en el Jordan Classic International Tour de Londres en 2012- vivió su bautismo de fuego en la Liga ACB.
A pesar de todos los pesares, la escuadra de Donostia, cuando parecía la víctima propiciatoria para solaz de Unicaja -que, hay que reconocerlo, también venía con las bajas de Stefansson y Carlos Suárez-, dio la cara y atascó por completo el ataque malagueño. También es verdad que los equipos que entrena Joan Plaza sufren cuando no consiguen correr o tiradores como Kuzminskas, Vasileiadis o Toolson no andan finos.
Jugando con pequeños
De hecho, amén de Jason Granger, la irrupción de Vasileiadis y Caleb Green en el cuarto período fue esencial para doblegar a un Gipuzkoa Basket peleón y en el que toca destacar a Mikel Motos. El escolta donostiarra no solo sumó 10 tantos, sino que tiró de la escuadra guipuzcoana hasta donde lo llevaron sus fuerzas.
Esas fuerzas que Jaume Ponsarnau administró con bastante tino, toda vez que tiró de lo que tenía; esto es, de muchos jugadores pequeños, móviles y con cierta capacidad de penetración y para el pase. Taquan Dean, aunque falló más de la cuenta, tuvo buenos minutos, igual que un Jared Jordan muy mejorado respecto a las últimas semanas. Asimismo, Xabi Oroz, aunque no miró el aro, demostró que tiene carácter y que entiende el juego, mientras que Mikel Motos, amén de aplicarse como «secante» de las estrellas exteriores rivales, demostró que si hay que atacar el aro, lo ataca.
Por dentro, Hanley no tuvo un día muy afortunado, como tampoco lo tuvieron Huskic y Olaizola. Doblas, en esa tesitura, acabó por encontrarse demasiado solo ante el peligro, mientras que Unicaja afianzaba su poderío reboteador, aprovechándose que los porcentuales en el tiro de los de Ponsarnau nunca fueron excesivamente buenos.
Con todo, Gipuzkoa Basket llegó a adelantarse 41-42, después de un «dos más uno» de Motos -a pase de Oroz- y un tiro libre de Franch, y al último cuarto se llegó 50-46. Pero Vasileiadis y Green apretaban el acelerador y GBC se caía acusando la fatiga. Los donostiarras deben mejorar mucho y ganar ya, empezando por el sábado ante Andorra. Pero con esta actitud, lo conseguirán en breve.
Ponsarnau: «Estoy orgullosísimo de 38 minutos del equipo»
Salvo por la rendición en los dos últimos minutos, Jaume Ponsarnau hacía una lectura muy buena de la actuación de los suyos. El preparador catalán incidió además el «plantar cara con tres guipuzcoanos a la vez sobre la pista».
«Estoy orgullosísimo de 38 minutos de mis jugadores. Me han sobrado los dos últimos; solo podemos lamentarnos de eso. A partir de la defensa buscamos nuestro juego en ataque, con aportación de jugadores que no juegan tanto. Hemos estado ahí con tres jugadores guipuzcoanos en la pista», insistía, «pero unos triples de Vasileiadis les han dado oxígeno a ellos», dijo.
Asimismo, Ponsarnau se quejó de que en su mejor momento, «el arbitraje le permitió a Unicaja irse por delante al descanso».
A. G.

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