Jagoba Arrasate se mostró tras su destitución «tranquilo, he dormido mejor que nunca y estoy triste porque tenía la ilusión de que las cosas salieran mejor, pero me voy con la conciencia tranquila porque lo hemos intentado y sabemos que nos hemos desvivido por el club. En algún aspecto me siento más aliviado, pero estaré más aliviado cuando el equipo vaya para arriba porque sientes que eres responsable de la situación y quieres que mejore».

Esperaba su destitución tras la derrota contra el Málaga: «No me lo habían dicho así, pero no hace falta que te comuniquen nada. En ese momento sentía que habíamos perdido otra oportunidad, que estábamos en una situación peor y podía intuir lo que ha pasado. Me he sentido fuerte hasta el último día porque creo en la plantilla y en mí, pero la situación había empeorado y entiendo la decisión del club».

Espera además que sirva de revulsivo: «Cuando digo que creo en esta plantilla es porque lo ha demostrado. Este equipo tiene fútbol y lo más importante es que se desbloquee. Le falta confianza, está bloqueado y debe recuperar el fútbol. Entiendo que es bueno que haya cambios y que venga otra persona, con otras ideas. Es la mejor manera de que la gente se desbloquee y demuestre lo que es capaz».

Confianza en la plantilla

Así añadía que «cuando las cosas no salen bien se habla de la planificación, pero hay potencial para estar más arriba. Tenemos una plantilla buena a la que no hemos podido sacar rendimiento, pero este año las cosas se hicieron bien y con el que venga, si tiene la suerte necesaria, el equipo tirará para arriba».

Hacía un balance positivo de sus dieciséis meses como entrenador realista, entre los que destacaba la clasificación para la fase de grupos de la Champions tras eliminar al Olympique de Lyon: «El primer año no era fácil, fue la temporada con más partidos de la historia de la Real y se cumplieron los objetivos, a pesar del mal sabor del final. Este año todo se torció en Rusia y no le dimos la vuelta, pero ha sido una experiencia positiva y me quedo con las vivencias y con lo que he aprendido».

«Los momentos no se eligen»

Rechazaba que la oportunidad le hubiera llegado antes de tiempo: «Para mí es un orgullo haber sido entrenador de la Real y creo que ahora soy mejor entrenador que el año pasado, hemos trabajado y analizado mejor, pero a veces puedes hacer eso y los resultados no llegan. No se eligen los momentos, estoy orgulloso y soy un privilegiado por entrenar a la Real».

A pesar del maltrato al que ha sido sometido desde hace tiempo en las redes sociales, Arrasate dijo que «he notado el apoyo y cariño de la afición. Habrá un sector que no comulgue conmigo, pero me he sentido valorado y apoyado hasta el último día».

Antes las críticas por falta de autocrítica señaló que «si estoy aquí no es por una cosa. No hemos sacado el rendimiento que queremos al equipo y habrá sido por muchas cosas, porque no hemos podido y por otros factores. Cuando entras en una dinámica mala todo cae en contra. Reflexionas y valoras lo que has hecho bien y mal, pero es una experiencia buena para mejorar y crecer como entrenador».

«Una serie de circunstancias»

En la misma línea añadía que «si en diez partidos el equipo tiene seis puntos es porque no ha sabido sacarle el máximo. En qué hemos fallado no lo sé, si no le habríamos puesto remedio. Son una serie de circunstancias. Influye el séptimo puesto que nos obligó a empezar antes, lesiones de gente importante... Pero no hay que mirar esas cosas y sí pensar que hay plantilla para más y que no lo han demostrado. El equipo está sin confianza, bloqueado y ahora necesita que vean otras cosas y se desbloqueen. Hay que ayudarle como le ayudó la afición el sábado. Todos queremos que la Real salga de ahí y tenemos que empujar».

Sobre su futuro, no descartó que siga en la Real en otro puesto: «El club tiene otra prioridad y habrá otro momento de sentarnos y ver qué es lo mejor para mí y para la Real. Soy un entrenador joven con una experiencia de año y medio. Me gusta entrenar y quiero afrontar nuevos retos. Lo que quiero ahora es estar con mi familia, con mi mujer y mi hija y pensar en lo que quiero. Tengo 36 años, estoy muy fuerte, el fútbol es grande, aunque pueda ser ingrato, y quiero seguir en ese camino, aunque no sé qué haré dentro de seis meses o de un año».