Mikel INSAUSTI DONOSTIA

Nolan especula con la teoría del continuo espacio-tiempo en «Interstellar»

Es la película más esperada de la temporada, por la magnitud que alcanza la arriesgada y ambiciosa propuesta de Christopher Nolan, deseoso tal vez de convertirse en el nuevo Kubrick o dios todopoderoso de la gran pantalla. Las primeras críticas le son favorables, mientras sus seguidores afirman que va mucho más lejos de su etapa Batman, reencontrándose en una especie de infinito viaje espacio-temporal con sus orígenes filosóficos y científicos de «Memento».

El cine de autor y las superproducciones de ciencia-ficción rara vez se dan la mano, y cada vez que eso ocurre se convierte en un acontecimiento histórico. Por eso no es de extrañar que «Interstellar» esté siendo comparada con «2001» de Stanley Kubrick. Como Christopher Nolan ya esperaba verse en tal encrucijada, ha sabido adelantarse a las primeras críticas y salir por la tangente, afirmando que en realidad se ha inspirado en la más modesta, pero también épica aventura espacial, «Elegidos para la gloria».

Precisando aún más, ha indicado que la elección estelar de Matthew McConaughey se basa en el personaje que Sam Shepard encarnaba en aquella película de Phillip Kaufman, porque no es un héroe, sino un tipo corriente enfrentado a su destino con la decisión de los pioneros. No obstante, al tratarse de un proyecto inicialmente escrito por su hermano Jonathan Nolan para Steven Spielberg, algunos críticos se han referido a «Contact» de Robert Zemeckis, donde además ya aparecía McConaughey.

Agujeros de gusano

Volviendo al origen del guion de Jonathan Nolan, es necesario aclarar que la idea argumental partió de un encargo que la productora Lynda Obst hizo al divulgador científico Kip Thorne, para que desarrollara a través de la ficción sus teorías sobre el «continuo espacio-tiempo». En definitiva, ha sido el asesor en física cuántica y mecánica gravitatoria del viaje espaciotemporal que propone la película atravesando los agujeros negros y agujeros de gusano. También se especula con los dilemas planteados por el efecto de dilatación del tiempo viajando a la velocidad de la luz, así como el de la dilatación provocada por la fuerza de la gravedad. El debate queda abierto, porque Thorne es defensor de la posibilidad de viajar hacia adelante (futuro), pero no hacia atrás (pasado), licencia ésta que se permite el guionista para plantear la salvación del planeta tierra.

Un desenlace que viene dado por el planteamiento distópico que incorpora «Interstellar», presentando la ya total degradación medioambiental. Ante la falta de recursos los gobiernos se ven forzados a un desarme de sus ejércitos, concentrándose en la agricultura y los esfuerzos por frenar el cambio climático. No serán suficientes, y habrá que recurrir a las expediciones interestelares para explorar otros mundos de cara a la evacuación final de la humanidad. En ese punto se plantea la controversia entre la continuidad de la especie y la supervivencia del individuo.