El escocés Andy Murray, que en la primera jornada perdió contra Kei Nishikori, se impuso ayer al canadiense Milos Raonic en dos sets y evitó que el suizo Roger Federer, que había batido al japonés en el primer partido por 6-3 y 6-2, se clasificara matemáticamente a semifinales.

Murray superó a Raonic por 6-3 y 7-5, en una hora y 31 minutos. El británico mostró un juego muy sólido en el primer parcial, mientras que su rival no sacó a relucir el demoledor saque del que hace gala. Las fuerzas se igualaron bastante en el segundo, pero Murray no perdonó en el desenlace.

Problemas para Nishikori

En el otro partido, a Federer le bastó con apretar en los momentos claves para imponerse físicamente a Nishikori, que pidió fisioterapeuta dos veces por un problema en la muñeca derecha. La cara del estadounidense de origen chino Michael Chang y la del argentino Dante Bottini, ambos entrenadores del japonés, reflejaban la impotencia de Kei sobre la pista azul del O2, donde intentaba sin fortuna la tercera victoria sobre el helvético en cinco encuentros.

El japonés, que venció en la jornada inaugural a Murray por un doble 6-4, se vio mermado por su problema físico y lo notó especialmente en su saque. Lo cedió en tres ocasiones y cometió cinco dobles faltas, una de ellas crucial cuando concedió su servicio en el séptimo juego del segundo parcial. Federer conservó el suyo sin problemas y se hizo con la victoria en 69 minutos, con siete saques directos.