Arnaitz GORRITI
Derrota de Laboral Kutxa Baskonia en la Euroliga y destitución de Marco Crespi

KO en los «idus de noviembre»

Ibon Navarro asume el reto de llevar el banquillo baskonista. Estrella Roja jugó mucho más duro y mejor.

LABORAL KUTXA BASKONIA 66

ESTRELLA ROJA 86

Los idus de noviembre lo volvieron a hacer. El 13 de noviembre, día de los idus, de los augurios, en el calendario romano, que se cargaron a Herb Brown, Pedro Martínez, Salva Maldonado o Dusko Ivanovic, se cargaban a Marco Crespi, dejando a Ibon Navarro al frente de Laboral Kutxa Baskonia -al menos de forma interina, ya que empieza a sonar Fotis Katsikaris- que, tras caer ante Estrella Roja de Belgrado, tiene el Top 16 cuesta arriba.

Ganar o perder, pero no perder la calma. Tal vez fuera el mejor lema para un Laboral Kutxa Baskonia que sufre síntomas de histeria. El Estrella Roja le puso dureza para defender y rebotear, sobre todo en ataque, ya que el cuadro belgradense no atinaba sus lanzamientos triples, al menos en la primera mitad -acabaría con 6 de 20-.

Tampoco le hacía falta. Neutralizado Iverson por personales -los árbitros lo respetan muy poco, y él se lo pone fácil-, Marjanovic y el sorprendente pívot Zirbes campaban a sus anchas en la zona, con el añadido del joven Mitrovic, capaz de anotar y distribuir el balón con solvencia. Por contra, en el seno baskonista Hamilton desesperaba a la grada -y a Marco Crespi- lanzando cada balón que le llegaba.

Por fortuna, Heurtel aportaba clarividencia y Shengelia sus mejores minutos con la camiseta gasteiztarra. Dentro de lo malo, un «reintegrado» Perkins daba un nivel aceptable jugando como escolta, supliendo así el negado partido de Vujacic -castigado por sus pares y sin cobrar faltas- y Bertans. El 34-41 del descanso fue un mal menor.

De mal en peor

Todo puede ir a peor. He ahí el adagio que todo el mundo podrá extraer del partido de ayer. El tercer cuarto trajo consigo una racha de triples del Estrella Roja que disparó la renta serbia por encima de la decena, y además, los árbitros expulsaron a Iverson por doble técnica.

La desesperación del pívot estadounidense era patente. Iverson rescató un rebote a costa de salir fuera del parqué, algo que los árbitros consideraron que había supuesto perder el balón para los baskonistas. Iverson se mostró disconforme, algo que el trío arbitral no toleró. Segunda técnica y adiós.

Con 42-60, entre Shengelia y San Emeterio el Baskonia lograba un parcial de 8-2, fruto del shock en las filas belgradenses tras la lesión de tobillo de Jovic. Ahí se acabó la reacción gasteiztarra, porque del 50-62 se pasó al 52-74, con desbandada del Buesa Arena. Marcus Williams empezó a entrar en calor, dejando cualquier conato de reacción guardado en un cajón. Kim Tillie, con el partido resuelto, y un indomable Shengelia fueron los únicos que mantuvieron cierta «disciplina de fuego».

Poca cosa para la alarma roja, y para salvar a Crespi.

Triunfos de Neptunas y Olympiacos

Neptunas Klaipeda y Olympiacos sí hicieron valer su condición de local. El cuadro lituano batió y hundía a Valencia Basket por 94-87 tras anotar 11 triples. Mientras, Olympiacos dio una tunda a Galatasaray, 93-66, tras romper el partido con el 26-13 del primer cuarto.

Adiós sin ceremonia del técnico varesino

¿Qué podía decir Marco Crespi? Pues nada de nada. Félix Fernández, director deportivo de Saski Baskonia, acudía junto a Ibon Navarro y anunciaba el cese del varesino sin ceremonia ninguna.

«Hemos decidido la no continuidad de Marco Crespi en el club. A partir hoy ibon Navarro asumirá el control del equipo como primer entrenador».

Sobre el partido, un lacónico Kim Tillie reconocía que «ellos han jugado muy físico desde el inicio y nosotros no hemos jugado duro. Nos han cogido muchos rebotes en ataque mientras que nosotros no hemos hecho faltas cuando las necesitábamos». A. G.