Pese a la aparente relajación de la presión sobre la Explanada de las Mezquitas al permitir el rezo el pasado viernes sin límite de edad, Israel mantiene el endurecimiento de la política de apartheid que está llevando al límite la tensión en Palestina. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció ayer su intención de avanzar en la caracterización de Israel como un «Estado para el pueblo judío».

Nentayahu avanzó que discutirá con sus ministros un proyecto de ley que disponga que Israel es el Estado nacional del pueblo judío, después de que su ministra de Justicia decidiera posponer el tema en el Comité sobre Legislación.

«El Estado de Israel es el Estado nacional del pueblo judío. Este es un asunto central importante para el futuro del pueblo judío en el Estado», afirmó Netanyahu de acuerdo con un comunicado difundido por su oficina, en el que reiteró su voluntad de seguir adelante con el debate en el pleno de su gabinete de gobierno.

En la Declaración de Independencia de Israel, de 1948, se eludió hablar de «Estado judío» por la polémica que supone dentro del judaísmo, ya que hay corrientes, como algunos ultraortodoxos, que no reconocen la naturaleza judía del actual Estado de Israel donde, además, conviven población palestina o drusa, que representan en torno al 20% de la población.

La decisión fue dada a conocer después de que la ministra de Justicia israelí, Tzipi Livni, decidiera posponer la votación del proyecto que debía tener lugar ayer en el seno del comité ministerial sobre Legislación, según el diario «Yediot Ahoranot».

Livni basó su resolución en la petición del ministro de Ciencia, Tecnología y Espacio, Yaakov Peri, quien tachó la iniciativa de «peligrosa».

«La situación explosiva que existe en el sector árabe por el momento ya ha llevado a enfrentamientos violentos y muertes. Una discusión sobre la `Ley de Nacionalidad' en este momento es irresponsable», expuso Peri en la reunión del comité.

La titular de Justicia dijo que existen propuestas de ley similares y que un comité conjunto las examinará en el futuro. Previamente, Netanyahu había adelantado su determinación de hacer avanzar el borrador de esta legislación específica que debía ser votada en la Comisión presidida por Livni. «Hoy avanzaremos la ley de nacionalidad destinada a traer el equilibrio. Aún deberá superar varios cambios y debate, pero dejaremos claro que el Estado de Israel es el estado nacional del pueblo judío, mientras proveeremos los mismos derechos -y garantizaremos mismos derechos- a todos sus ciudadanos», declaró el premier israelí.

El proyecto ha sido promovido por el diputado del conservador Likud, Zeev Elkin que aboga por una versión más extrema de la actual legislación sobre la materia, que podría subordinar la naturaleza democrática del estado a su carácter judío.

Colonización de Jerusalén

Pero además, el Gobierno israelí ha dejado claro que la colonización, acelerada en los últimos meses, no va a detenerse en Jerusalén Este. El ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, afirmó que Israel nunca aceptará limitar la construcción de colonias en Jerusalén Este. «No aceptaremos ninguna limitación a construir en las zonas judías de Jerusalén Este», afirmó el ministro, en una rueda de prensa con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier.

La colonización, en particular en Jerusalén Este, es uno de os principales obstáculos al proceso de paz y prácticamente hace imposible la solución de los dos estados.

«Que esto quede perfectamente claro: no aceptaremos jamás que la construcción en los barrios judíos de Jerusalén sea definida como una actividad de colonización», añadió el responsable de la diplomacia israelí.

Estas declaraciones de Lieberman se producen cuatro días después de que Israel aprobara planes para construir 200 viviendas en Ramot, en Jerusalén Este, pese a meses de tensiones y enfrentamientos con los palestinos, provocados por esta política de extensión de las colonias en territorios ocupados. Jerusalén Este fue anexionada por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967. Dicha anexión no ha sido reconocida por la comunidad internacional.

El sábado por la noche, se registraron enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes en el barrio de Al Tur, en Jerusalén Este, con un saldo de al menos cuatro heridos

Los choques entre palestinos y policías israelíes afectaron durante semanas a Jerusalén, extendiéndose a Cisjordania y otras ciudades en Israel, pero la tensión se había rebajado después de una visita del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, a Amán.

Ataque con un destornillador

Pero la asfixia a la población palestina es permanente y las tensiones siguen estallando a la menor ocasión. Ayer un joven palestino clavó un destornillador en la espalda a un judío, que resultó herido leve en Jerusalén. El agredido pudo continuar andando hasta localizar a una patrulla de la Guardia Fronteriza.

Al parecer, el agresor huyó hacia la puerta de Nablús, una de las entradas que rodean la Ciudad Vieja de Jerusalén. La Policía puso en marcha una operación de búsqueda e instaló numerosos controles. Medios de comunicación israelíes consideraron el incidente un «atentado terrorista» al igual que los ataques individuales del pasado lunes.

En otro ejemplo de la creciente tensión, en la localidad de Abu Snan, en el norte de Israel, de mayoría de población palestina, jóvenes árabes y drusos se enfrentaron en incidentes que dejaron al menos 40 heridos, uno de ellos grave.

Según testigos, los sucesos comenzaron con intercambio de acusaciones entre musulmanes y cristianos, por una parte, y drusos por la otra, por la muerte la semana pasada de un joven palestino abatido por la Policía. La minoría drusa, obligada a servir en el Ejército y la Policía israelí, es acusada de ayudar a Israel en la represión de la población palestina.