Sostenía el veterano periodista Eduardo Rodrigálvarez que Josu Urrutia «como presidente sigue en el centro del campo protegiendo el balón». O lo que es lo mismo, el club. El presidente rojiblanco compareció ayer en Ibaigane en otra de sus periódicas apariciones para someterse al interrogatorio de la prensa deportiva, y de vez en cuando avanzar alguna buena nueva. De esto último no hubo nada de nada, y de lo primero, pues otro tanto. Fueron casi 40 minutos de los que al final de los mismos resultaba difícil sacar algún titular que llevarse a la boca, alguna declaración más o menos grandilocuente, alguna novedad con la que seguir llamando la atención de los aficionados desde un micrófono o las páginas de un periódico. Nada que no se hubiera dicho ya.

Josu Urrutia se abrazó desde el primer día de su presidencia al recurrido `partido a partido' y en esas sigue. Malo para una prensa ávida de dar de comer a sus lectores o escuchantes, bueno por qué no para la serenidad del club, plausible que se mantenga fiel a su libro de estilo.

«Me gusta valorar las cosas con perspectiva», fue una de sus frases a mitad de rueda de prensa. Perspectiva. Esa es la palabra que sustenta el discurso al menos deportivo de esta Junta Directiva. Y si para ello hay que mencionar hasta en tres ocasiones distintas que en los últimos 40 años el Athletic solo ha jugado en Europa en cuatro veces tras el parón navideño, y que ahora puede hacerlo una quinta en la Europa League, pues le sirve como argumento para relativizar la eliminación de la Champions a las primeras de cambio.

Y de paso se despecha con que «el equipo en líneas generales ha competido». Que es como ver la botella medio llena o medio vacía, dos partidos competidos y otros dos dados por perdidos. «No sé si eso es fracaso o desilusión», vino a zanjar la cuestión de cómo catalogar la fallida andadura en la máxima competición continental.

El máximo mandatario rojiblanco tenía claro que no iba a dejarse pillar en ninguna contradicción con al menos su técnico sobre cómo definir esa eliminación de Champions. Incluso lo verbalizó. Así que pasó de puntillas sobre cómo valorar lo sucedido y de paso echó mano de la perspectiva, sí, para recordar eso, que la última vez que se jugó Champions fue hace 16 años, el Athletic tenía entonces solo un punto más en Liga y al final acabó séptimo. Ahora, hay posibilidad de seguir en Europa si se acaba tercero de grupo. Lo dicho, perspectiva. La misma que no borrará en el aficionado el sentimiento de decepción. Porque lo hiriente no ha sido el qué, sino el cómo.

Como un día de la marmota

Fiel a su discurso ante los medios de comunicación, no puso una coma más de las necesarias en cada respuesta ante, también es verdad, preguntas que se repiten como en un `día de la marmota'. No hay nada nuevo sobre si se presentará a la reelección y cuando lo haya lo anunciará; no hay prisas para hablar de renovar ni a Valverde ni a ninguno de los que acaba contrato; no hay nada sobre fichajes en el mercado de invierno -y si hubiera movimientos se diría cuando esté hecho-; que más que las cláusulas le preocupa si los jugadores se quieren quedar en el Athletic; y lógicamente creyó en que el equipo reconduciría la senda en la Liga y ello pasa por ganar este viernes al Espanyol, apuntilló. Incluso el nuevo contrato televisivo con Mediapro para la próxima campaña, y que un periódico avanzaba en su edición de ayer, se conocerá si fructifica el día que esté atado y bien atado.

Lo dicho, poco que llevarse a la boca para los periodistas, lo cual no significa que sea ni malo ni bueno. Tranquilidad en el frente. Probablemente, la mejor noticia para un club de fútbol. «Intento coger cierta distancia de todo lo que se dice», dejó claro Urrutia entre tanto ruido y tan pocas nueces. Perspectiva y su experiencia. «Como jugador me dice que es más normal estas situaciones -deportivas-, más largas o no, que coger un tono como el año pasado, cuartos en diciembre hasta el final». Protegiendo el balón.