Joseba VIVANCO
Viguera se estrenó como goleador

Vuelve Aduriz, vuelven los goles

Más goles que juego, pero victoria al fin y al cabo, en un encuentro en el que el Espanyol lo puso difícil de inicio, pero se topó con un enorme Aduriz y la fortuna que esta vez cayó del lado rojiblanco. Solvencia, tres golazos y victoria.

ATHLETIC 3

ESPANYOL 1

Minuto 80 de partido. San Mamés en pie para despedir a Aritz Aduriz, autor de un gol de la casa, de una primorosa asistencia y de un recital de cómo ganar todo balón que caiga en un radio de dos metros en su zona de influencia. Fue uno de los momentos emotivos de un encuentro en el que a la finalización el espectador no sabía si quedarse con los tres puntos, o con el golazo de Viguera a jugada del donostiarra, con el trallazo de Iturraspe casi desde Matiena, con los dos caños de Muniain a un Víctor Sánchez que anoche soñó que jugaba desnudo, con los detalles de calidad que a veces nos regala Rico cuyo sudor no se paga con oro, con el derroche de De Marcos... Al Athletic se puede decir que anoche le salió todo. Ganó con solvencia más que por juego, con seguridad defensiva, firmó goles de bellísima factura, reconcilió a sus jugadores con su público y definitivamente empieza a mirar hacia la parte noble de la tabla. Un encuentro redondo, más allá de un juego mejorable, por cuanto por una vez parece que los hados se aliaron con los rojiblancos.

Poco hacía presagiar la primera media hora de partido que al final el marcador iba a resultar tan holgado. Un Espanyol bien plantado atrás dificultó y mucho el juego de un Athletic que no encontraba la velocidad necesaria para desarmar la defensa catalana. Y aun así, San Mamés despidió la primera mitad como si fuera el final del partido, enarbolando bufandas y entonando el ya clásico «lo, lo, lo...» de los grandes momentos. Y es que hacía apenas un minuto que había asistido a un golazo con todas las letras, digno de los pañuelos que poco antes algunos le habían dedicado al trencilla de turno. La bajó del cielo Aduriz cual cazador de palomas, la posó en el verde, condujo y cuando desde la frontal su gesto indicaba un disparo a puerta, trazó una asistencia al espacio para que Viguera -primer gol en ocho partidos- llegando por su derecha la cambiara lo justo al primer toque dejando a Kiko Casilla por un palmo de narices. Go-la-zo.

El Athletic sacaba petróleo después de un primer tiempo arítmico, dominado por los rojiblancos, jugado casi siempre en terreno visitante, pero sin apenas fisuras en el entramado de los catalanes. Era de esos partidos a los que les hace falta un gol para que la grada amortice al menos lo que ha pagado por la entrada. Lo necesitaba el Athletic para desatascar una peligrosa igualdad en el marcador. Y lo hizo, cómo no, a balón parado. Jugada ensayada, saca Susaeta al punto de penalti, Aduriz que llega desde atrás libre de su par y cabecea picado a la red, ayudado por un defensor que desvía la trayectoria del balón. Lo más difícil estaba hecho. Abrir la lata españolista.

La segunda mitad, con un Espanyol necesitado y un 2-0 abajo en el marcador, era una incógnita, pero que pronto el Athletic resolvió con acierto. Los de Ernesto Valverde ganaron en confianza, cosa que se notó en jugadores como Iturraspe, Viguera, el propio Muniain, y ante un equipo `perico' que quería y no podía, que estrellaba incluso un balón en el palo de Iraizoz, el de Matiena les dio la puntilla. Un chutazo suyo desde unos 35 metros se colaba en la red rival después de golpear en el poste. «¡Vaya golazo!», no podía sino exclamar su compañero Gurpegi desde el banquillo. Una apreciación que se hubiera quedado pequeña si Viguera, poco después, consigue anotar el trallazo que se sacó también desde fuera del área. Poco antes, Víctor Sánchez había recortado distancias para la estadística.

Quinta jornada consecutiva sin perder, el horizonte se ve más cerca. Buenas sensaciones, los rojiblancos comienzan a mostrarse sólidos y en ascenso. Confianza se llama la palabra y esa es la que saca partidos como el de ayer. Era lo que faltaba. Y eso se le empieza a notar en los ojos, en el juego, en los goles...

«Contento por el juego y ¡no te digo por el resultado!»

Ernesto Valverde estaba contento, aunque no lo expresara mucho. «Contento por el juego y ¡no te digo por el resultado!», fue la frase que resumió su sentir. «Cuando ganas es el partido que quieres, se puede adornar, pero el comienzo nos ha costado bastante porque nuestro ritmo de juego no era alto y estábamos sufriendo porque dominábamos pero nos faltaba llegar con soltura; el gol nos ha venido muy bien, le hemos metido ritmo, y el segundo nos ha tranquilizado. Ellos han sacado otro delantero, tenían tres, gente descolgada arriba y el peligro era que no concretáramos ataques nuestros y nos cogieran, pero hemos hecho el tercero, hemos controlado el juego y no nos han creado peligro», fue el resumen que el técnico.

El entrenador rojiblanco se refirió al papel de Aduriz en su vuelta. «Está claro que Aritz es muy importante para nosotros por lo que nos da en el juego aéreo, generamos mucho por el costado, mucha estrategia, él baja muchos balones, me hubiese gustado que no hubiese jugado tanto tiempo pero era necesario», explicó.

Sobre la efectividad del equipo ayer, «posiblemente el acierto ha sido alto, tenemos que generar más peligro para hacer goles, hemos comenzado con Muniain y Borja, más ofensivos, porque nos faltaba llegar arriba con contundencia y buscábamos eso», explicó Valverde. Sobre el riojano, dijo que «después de jugar contra el Eibar le dije que tenía que tener la intención de que cuando juegan tienen que ser como si fuera la oportunidad de su vida y Borja solo piensa en el gol. Es ambicioso en ese sentido y lo mejor de un jugador es no pasar desapercibido». J.V.