Arnaitz GORRITI
liga acb endesa

El basket no es justo con Laboral Kutxa Baskonia

Tras disfrutar de un 52-67 a favor, el Joventut remontó. Suton y Sergi Vidal provocaron la voltereta local.

JOVENTUT 83

LABORAL KUTXA BASKONIA 82

Ibon Navarro tiene el corazón a prueba de bomba. ¡Vaya dos partidos para su bautismo de fuego! Primero, la derrota en Klaipeda con el tiro ganador de Heurtel que se salía de dentro. Ayer, ventaja de 15 puntos dilapidada para, con 81-79 en contra, Colton Iverson desperdiciase con pasos un mate para empatar tras asistencia de Causeur. Sergi Vidal -«idolo local», cuando jugaba en Gasteiz- erraba un tiro libre que daba esperanzas, pero Heurtel enviaba un pase clave a la grada. El basket no es justo con este Laboral Kutxa Baskonia, que sigue sin ganar fuera de casa pese a mostrar evidentes signos de mejora.

La escuadra gasteiztarra dominó el marcador casi los 40 minutos, ya que el planteamiento baskonista limitó el juego de la Penya a vivir de sus rachas y de la producción de Goran Suton bajo los aros.

El primer tiempo muerto de Maldonado no trajo sino la escapada baskonista, capaz de irse 12-21. No obstante, la Penya empataría a 23 al final del primer cuarto, después de un parcial de 12-2, con triples de Mallet, Kirksay y Suárez, algo que tanto temía Ibon Navarro. Pero esas rachas verdinegras precipitaban el propio juego local, provocándoles muchos fallos en tiros solos debajo del aro e incluso en los tiros libres, mientras que Laboral Kutxa Baskonia, con un juego en estático más pausado, obtenía mejores porcentajes de tiro, en especial desde lejos.

El Joventut regresaba a base de sumar muchos tiros libres, pero apenas si se adelantaba 32-31 y eso que durante el segundo cuarto Heurtel tuvo minutos de descanso. El principal pero de los de Navarro era el de las faltas, amén de que Suton los martirizaba con rebotes y puntos.

El Baskonia firmaba un 7 de 10 en triples en la primera mitad -12 de 24 al final-. A ello se le sumaba el poderío cada vez mayor de Begic en la pintura, mientras la defensa gasteiztarra empujaba al Joventut a jugar por dentro, mostrándose bien agresiva en el perímetro. Los de Ibon Navarro ganaban por 42-45 en tiempo de descanso.

Infección de garrapatas

Pudo romper el partido de una vez por todas Laboral Kutxa Baskonia en el tercer cuarto. Heurtel y Bertans encontraban la senda del aro a golpe de triple, mientras que el joven Alex Suárez le hacía un gran favor a la escuadra baskonista metiendo a la Penya en el bonus de faltas. Los baskonistas se vieron hasta con 15 puntos de renta: 52-67.

Pero como el Joventut de esta temporada tiene el ser como garrapatas su mayor virtud, los de Maldonado volvieron a la vida y al partido de la mano de Kirksay y Vidal, haciendo vibrar a la chavalería del Palau Olímpic, llegándose al cuarto definitivo con 67-71. Para postre, en esos momentos el Baskonia cayó en la trampa de Maldonado, que precipitó los ataques gasteiztarras con una defensa zonal.

Aunque para trampa, las prisas que atraparon a los dos equipos en los minutos iniciales del cuarto período. En esos momentos, solo Mirza Begic parecía tener claras las ideas. El Joventut tardó cinco minutos en anotar sus dos primeros puntos, pero eso le valió para meterse en la pelea de nuevo y obligaba a Ibon Navarro a parar ese desbarajuste. Tras el tiempo muerto, Suton anotaba el 76-75.

Heurtel lograba cuatro puntos seguidos, 76-79, pero también perdía una bola clave para que Vidal, con un «dos más uno», elevara el 81-79 a 35 segundos. Como en Klaipeda, se mascaba la tragedia. Los pasos de Iverson, y el pase a la grada de Heurtel con 82-79 confirmaron un derrota muy cruel.

«Pensemos en ganar partidos o nos vamos a volver locos»

La expedición baskonista estaba hundida, sobre todo por tener la sensación de que fueron los propios gasteiztarras quienes «regalaron» el duelo.

«Nos ha faltado control», sentenciaba Fabien Causeur, mientras que Ibon Navarro recordaba que «en el momento en el que mejor estaba el partido para nosotros, han logrado correr tres veces y lanzar varios triples. Ellos juegan así, si no los paras».

«Nos ha faltado cabeza para calmar el tempo del partido», remachó un dolido Causeur.

De cara al futuro, Navarro era claro. «Pensemos en ganar partidos y no en hacer cuentas, o nos volveremos locos».

A. G.